PANFLETO CONTRA LA CONTRADICCIÓN
(copia al dictado por Galileo Pericles
Sanaguerre)
Me desperté afiebrado, empapado y con el corazón en la boca. Una
pesadilla monótona y gris me había agitado toda la noche. Desde entonces, la
escena escueta de un diávolo o genio maligno dictándome interminablemente la
sarta de improperios de un “panfleto” –así lo llama- me persigue obsesivamente
noche y día.
Largos fueron los días de insomnio hasta que una mañana, sentado en
elautobúscamino del trabajo, en un papel cualquiera garabateé por fin las
frases que aquel demonio susurraba sin cesar en mis oídos. Aquello me produjo
un cierto alivio, y por un momento abrigué la esperanza de una liberación definitiva.¡El
contragolpe fue brutal! La pesadilla renovó sus fueros ensañándose ahora con
las correcciones sintácticas y de ortografía, el vocabulario y hasta la
caligrafía…
Publico ahora el resultado de aquellasabominables jornadas de
escrituracompulsiva: este ridículo “Panfleto…” cuyas ideas repugnan mi
sensibilidad y ofenden mi entendimiento. Lo hagoya como un recurso desesperado,
con la vaga esperanza de burlar, cual Odiseo, al Cíclope maligno apostado a las
puertas de mi lucidez. Dice así:
PANFLETO CONTRA LA CONTRADICCIÓN
Escuálidos comentarios parciales y fragmentarios sobre historia
reciente
► La
“contradicción del capitalismo” que lo lleva a contener en sí el germen de su
propia negación, vale también para los “socialismos reales” –y más si esos
reales vienen del petróleo.
► La
denuncia marxista de la explotación capitalista(el despojo del plus de trabajo)
se le regresa al proletario como “derecho al consumo” –alienándolo aún más a la
maquinaria capitalista.
·► La revuelta del 27-F está marcada también por una
semejante contradicción interna: por un lado, expresión (violentamente
sofocada) del agotamiento social de un juego político cada vez más excluyente; y del otro, reclamo de la masa a
“su” derecho al consumo –los saqueos de línea blanca, televisores,
computadoras, etc. vistos como patética parodia del primitivo gesto
anticapitalista de aquellos obreros que en tiempos de Marx destruían las
máquinas de la fábrica.
► La reivindicación chavista de “lo popular”
conlleva también, de un lado, una cara de inclusión social y concientización
del pueblo (al menos en su militancia honesta); y del otro, la alienación de lo
popular al consumo clientelar de “misiones” y de resentimiento, orientado a su
explotación ideológica.Patético avatar de la “plusvalía ideológica”, que
LudovicoSilva no llegó a imaginar.
► No se trata de que el “Proceso” sea vacío o
inauténtico en su contenido. Por el contrario, su “contenido latente” (para
usar una metáfora freudiana) responde a hondas y legítimas aspiraciones
populares, que son las que le aportan su capital político y “pulsional”. Pero
es su “contenido manifiesto” (sigamos con la metáfora), es decir, el discurso
en el que quedan representadas y al cual se alienan esas aspiraciones
“latentes”, lo que le imprime la marca de un “consumismo” de nuevo cuño: el
“socialismo del siglo XXI” como la primera gran franquicia de la esperanza y
del resentimiento de nuestro siglo. ¡Qué ícono tan perfecto el del famoso
“Vergatario”, magistral metáfora de esta contradiccióninterna del “proceso”!
► Signos
“manifiestos”:
→Carácter
mediático y extremadamente publicitario del ejercicio de poder.
→Reparto petrolero
clientelar: “petrodependencia” de la población hacia el Estado-Gobierno.
→Acentuación del
carácter rentista e importador (“consumista”) de nuestra economía.
→Debacle del
aparato productivo, devaluaciones recurrentes y restricción de divisas, sistema
de corruptelas, etc., todo elloen simbiosis con los mecanismos de --→retaliaciónpolíticay
acumulación de poder.
→La “ineficiencia
planificada” –al modo de la “obsolescencia planificada”- como marca de
un“capitalismo de estado del SXXI”.
► La flor en el ojal:
la revolución boliburguesa alcanza la exquisita ironía de demostrar en acto –y
en forma retorcida- las clásicas acusaciones del marxismo contra la democracia
burguesa y el régimen electoral:
→ “La religión es
el opio del pueblo” –convirtiendo al máximo líder en el centro de una “religión
laica”.
→“Las elecciones
son una farsa para legitimar a los grupos de poder” –apoderándose groseramente
del poder electoral y neutralizando la separación de poderes.
→“El Estado es un
aparato ideológico al servicio de la clase dominante” –convirtiéndose ellos
mismos en la clase dominante que abusa discrecionalmente del aparato estatal.
Alcanzarán los “poderes creadores del pueblo” a darle la vuelta a esta
contradicción?
Hasta aquí el “Panfleto”.Todo ha sido inútil. Siguen allí el dictado y
el dictador, y sigue allí¡ay! el atormentado copista… ¡Sólo falta que se
enteren en el PPI!
Maracay, 28 de febrero de 2013
*El verdadero autor de esto es Ángel Sanabria, conocido psicoanalista.