Los libros de Laura Restrepo aluden a grandes
acontecimientos de la historia reciente de América Latina o sus traumas, pero a la vez, son extremadamente íntimos.
Los tres personajes principales de
Demasiados Héroes* son Lorenza, Ramón y el hijo adolescente de ambos, Mateo Iribarren. Se
trata de una larga memoria que Lorenza cuenta
a Mateo en relatos separados y distintos sobre cómo era la vida de los
participantes en resistencia a la dictadura militar en Argentina, pero principalmente
sobre la vida tal como la vivieron los tres. Es menos una denuncia política que
una narración y un testimonio sobre cómo la dictadura afectó a estas tres
personas en particular.
Lorenza quiere que su hijo sepa de su propia historia y
el lugar de él como un niño nacido en la resistencia, y a la vez intenta crear
para sí misma algún sentido a partir del dolor y las alegrías que ha experimentado.
En un momento piensa, tras una reflexión en un reencuentro con una amiga de aquellos tiempos clandestinos: “Pasado que no ha sido amansado con palabras no
es memoria, es acechanza” (p. 234).
Pero Mateo también busca crecimiento y quiere conocer a su
padre de quien tiene pocas memorias propias: las que tiene han venido sólo de las
intensas conversaciones con su madre. Los dos viajan desde su vida en Bogotá a Buenos Aires donde Lorenza tiene que hacer un trabajo de varias semanas, y donde Mateo tiene
como meta conocer finalmente a su padre. Se va aproximando a este encuentro por
pasos inseguros; es un hermoso y a la vez difícil viaje de maduración y
resolución para madre e hijo.
Me gustó mucho leerlo. La cariñosa relación entre Lorenza y
Mateo es también una alianza entre dos generaciones que buscan entender sus
vidas, y en el caso de Mateo, construir una propia. Me identifiqué con la
necesidad de significado y resolución emocional de los personajes.
*Laura Restrepo (2009). Demasiados Héroes. Buenos Aires:
Aguilar, Altea, Tarus, Alfaguara. ISBN: 978-987-04-1250-2