Sergio Muñoz Bata escribió un artículo en Tal Cual (8/2/12, p. 19) en reacción a la opinión del Presidente Juan Manuel Sánchez de Colombia, que se debe legalizar las drogas ilícitas “si el mundo entero” fuera a hacer lo mismo.
Pero el articulista considera que la legalización sea una utopía imposible. Dice que no hay como debilitar los carteles porque no sólo se comercian en drogas sino también en migraciones ilegales, prostitución, esclavos, gasolina, joyas, autos, aviones y armas entre otros negocios. Además, dice, siempre habrá un mercado ilegal para las drogas entre adolescentes y niños. En otras palabras, los carteles son tan, pero tan poderosos que no vale siquiera intentar limitar su alcance.
Supongo que siempre habrá quienes negocian en el dolor y el terror, y el control de estos miserables será difícil -perpetua y eternamente. Pero la táctica de la “guerra contra las drogas” ha sido un claro fracaso: confrontar la violencia con más violencia no puede conducir sino a más violencia.
En mi opinión hay que:
1. Legalizar las drogas y controlarlas desde la siembra de las plantas (o su producción en un laboratorio), hasta su industrialización y distribución.
2. Cobrar impuestos sobre estos procesos.
3. Ofrecer las drogas en clínicas de manera casi gratis para quebrar este aspecto económico de los carteles, y al mismo tiempo mantener un registro de los usuarios. Éste es el eslabón más crítico en toda la cadena: lo más importante es quebrar el negocio como tal, es decir como una actividad con fines de lucro.
4. Ofrecer otras soluciones a dichos usuarios: desintoxicación, ayuda psicológica y psiquiátrica, terapia en familia, bolsas de empleo, etc. Si estas medidas no funcionan, satisfacer sus necesidades dentro de límites razonables y no letales.
5. Desarrollar una campaña masiva que previene a los niños y adolescentes sobre los peligros que representan estas drogas, de manera similar a la que se despliega contra el tabaco.
Siempre habrá usuarios; como en el caso del alcohol, la adicción a sustancias intoxicantes atraerá a algunas personas, y ha sido así desde que tenemos memoria cultural, desde el alto paleolítico. Sólo hay que recordar que Noé, el arquitecto de la Arca del Antiguo Testamento, fue alcohólico. Y la imagen que reproduzco aquí muestra el uso de alucinogénos en el antiguo Egipto, aunque en este caso el empleo de la sustancia probablemente fue ritual.
El problema no es su existencia sino como nosotros como sociedades lo manejamos.
Referencia:
La foto del uso de drogas en el antiguo Egipto: http://www.ancient-wisdom.co.uk/prehistoricdrugs.htm