sábado, 24 de agosto de 2019
Izquierda y Derecha
Fuimos tan marcados por la distinción entre la derecha y la izquierda que se originó en la Convención de la Revolución Francesa en el Siglo XVIII que ahora no podemos escapar de ella. Luego se perpetuaron con la oposición entre el capitalismo y el comunismo.
Estas diferenciaciones siguen influyendo en nuestro vocabulario y pensamiento a pesar de los cambios históricos y sociales de los últimos siglos. Son ahora irrelevantes para la resolución de los problemas actuales de la humanidad. La China de Xi Jinping no es “comunista” en los sentidos de los múltiples variantes del marxismo, y el Brasil de Bolsonario no es “capitalista” en las acepciones tradicionales del mercantilismo, el libre mercado o el capitalismo corporativo. Tampoco Rusia es de la derecha, ni Venezuela es de la izquierda. A pesar del antifaz electoral que a veces emplean, más bien son países con variopintas formas de totalitarismo .
Para nuestra supervivencia tenemos que revisar estos rótulos que sólo sirven ahora como lemas para movilizar el apoyo de las masas electorales o los manifestantes en la calle. Se han devaluado al punto de convertirse en simples estrategias acumuladas en las alforjas de demagogas.
Los nuevos términos tienen que tomar en cuenta los problemas que realmente confrontamos como ciudadanos, miembros de la comunidad global y habitantes del planeta Tierra. Algunos de ellos son:
a) la democracia o alguna otra forma de gestión colectiva de la convivencia,
b) la identidad de las unidades administrativas como naciones, feudos, ciudades-Estado y otros, y el control de las relaciones de poder entre ellas,
c) las identidades ancestrales, raciales y religiosas de los diferentes grupos humanos, sus tradiciones históricas y las relaciones entre ellos,
d) la urgencia de resolver satisfactoriamente las necesidades materiales de todas las personas como vivienda, comida, salud y educación,
e) el problema de la administración de los recursos de la Tierra y la preservación del ambiente natural,
f) finalmente el control de las armas letales y los grupos que lucran de su producción y venta.
Es evidente que no hay como montar una campaña electoral donde la gente grita consignas que contienen todos estos elementos. Hay que simplificar. ¿Qué términos globales podemos usar? Iré pensando en este problema e invito a quienes leen esto hacer lo mismo.
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