Quiero decir
algo sobre los derechos humanos y la transparencia. Las grandes potencias (Los
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y aun Alemania) han sido autores de
grandes maltratos contra su propia gente y otros nacionales que
en algún momento eran adversarios. Pero a veces en el transcurso de la historia
han pedido disculpas y han elaborado informes públicos al respecto: varios
primer ministros e inclusive la reina de Gran Bretaña se han disculpado por sus acciones en
Irlanda; un primer ministro de Irlanda ha reconocido los abusos en las lavanderías
de Magdalene; Alemania tiene siete décadas aceptando la culpa por los años 30 y
40 del siglo pasado. Francia ha pedido apologías por el trato que dio a sus
propios judíos durante la colaboración vichi. Los estadounidenses están
publicando actualmente un informe sobre las torturas que administraron en
Guantánamo. Y así sucesivamente.
Esto no
significa que todo sale siempre a la
luz, ni que los gobiernos y otras entidades invariablemente se disculpan por
sus injusticias. Se trata de un ideal de transparencia. Una apología no remedia
los males cometidos, pero señala la intención de rectificar. Es lo que se exige en una democracia.