domingo, 15 de julio de 2012

Verdi's Macbeth


e nuevo he visto y oido una obra clásica, esta vez la opera Macbeth de Verdi, donde la música es impresionante pero donde la puesta en escena me ha inquietado. La vi, como siempre en Film&Arts. Permítanme una reflexión sobre lo que pasa.
Como todos saben, el guión sigue muy de cerca el de Shakespeare y, como el original, explora el afán enfermizo del poder. Es más, escarba profundamente en el alma para exhibir sin disimulos al tenebroso deseo de dominar a los demás. Lo hace en tres sentidos: El primero es el deseo mismo de dominio como está evidenciado en el protagonista y su esposa y lo que están dispuestos a hacer para lograrlo. El segundo es el efecto que los crímenes de esta pareja tienen sobre sus conciudadanos: en este caso, asco y rebelión. El tercero, y tal vez el más interesante es la corrupción de alma que sufren los protagonistas. La música de Verdi es exquisita en su expresión de esta podredura, especialmente la escena de locura de Lady Macbeth que repite las palabras de Shakespeare:

¿… nunca estarán limpias estas manos?… Aquí está el olor de la sangre todavía: todos los perfumes de Arabia no endulzarán esta pequeña mano. Oh, oh, oh!

Otro momento terrible ocurre al final cuando Macbeth reflexiona sobre la gran y monstruosa nada que ha construido:
 - Estoy enfermo de corazón…mi forma de vida ya se cayó al fiador, la hoja amarilla; Y eso que debe acompañar a la vejez, Como el honor, el amor, la obediencia, las tropas de amigos, No debo esperar tener…

Están doblegados por el peso de sus crímenes: por lo menos debemos reconocerles su capacidad para sentir culpa. Algunos esperpentos no la sienten, sólo se aislan -muda y ciegamente- de estas cosas que Macbeth reconoce que jamás tendrá.
Ahora pregunto: ¿por qué los directores y productores han trivializado con trajes y escenarios ridículos esta desnudez del espíritu humano? No es la primera vez que veo esto y he escrito antes en este blog (ver referencias 1 y 2) sobre mi disgusto con este tipo de vulgarización.

El arte a veces recoge cambios culturales antes de que nosotros nos demos cuenta. ¿No será que de repente tenemos miedo a emociones profundas y necesitamos simplificar y suavizarlas? ¿No será que estamos acostumbrados a juegos de video donde -para entretenernos- matamos a simulacros bastante creíbles de seres humanos, y al ver las emociones reales y humanas tenemos que virar la mirada, sobrecogidos de mortificación? ¿No será que tenemos ya callosidades en nuestra capacidad de empatía?

Referencias

1.      http://reflexiones4-karen.blogspot.com/2012/06/la-opera-orlando-de-handel.html
2.      http://reflexiones4-karen.blogspot.com/2012/04/el-mesias-en-film-and-arts.html
3.   Fuente de la letra ornata: http://retrokat.com/medieval/leil.htm
 
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