En general se
puede decir que los tiranos apelan a varias estrategias:
a) lealtad: recompensan la sumisión y el acatamiento, y castigan muy
duramente la disidencia,
b) dependencia:
el acceso a todos los recursos pasan por sus manos,
c) homenaje: en la más pura tradición del mafioso, convierten el miedo de sus seguidores en algo que llaman “respeto” y
d) un modelo de una vida mejor: emplean los
ideales de justicia, igualdad, orden, ley o prosperidad para inducir a sus
adeptos a excluir y a castigar a quienes no comparten o que dudan de estas
aspiraciones.