sábado, 13 de mayo de 2017
Los héroes son para las novelas infantiles.
Las únicas vías de salvación para Venezuela ahora son:
a) repensar su fundación heroica y
b) eliminar su dependencia rentista.
¿Cómo se puede resignificar esta fundación heroica? Los héroes necesitan personas que pueden salvar, es decir, seguidores débiles. Luego requieren que les hagamos estatuas en bronce sobre de sus briosos caballos y que las ubiquemos en nuestras plazas públicas, para que nunca tengamos aspiraciones de autonomía.
Quienes son autónomos, capaces, pensantes y que gozan de recursos propios no tienen que apoyarse en una figura fuerte, porque son fuertes ellos mismos. En Venezuela la población se está revelándose como independiente; sus ciudadanos están elaborando su propio futuro democrático. Están pensando en cómo reparar su infraestructura, cómo recrear sus hospitales y escuelas y como negociar sus diferencias.
En el país hay que comenzar a producir y sembrar. Hay que comer lo que se cosecha de los propios campos agrícolas y construir la maquinaria de la prosperidad aquí mismo.
Una manera de adueñarse de un gobierno democrático es sostenerlo con impuestos que provienen del fruto del trabajo de los ciudadanos. Es así como tendríamos el derecho de exigir de los gobernantes conductas honestas y sobrias.
No necesitamos un salvador, sino administradores democráticos y legítimos, que son dispuestos a representarnos en la construcción del bien común.
No tenemos que pedir permiso a un caudillo o un militar. Los héroes son para las novelas infantiles.
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