lunes, 31 de octubre de 2011

El proselitismo y la estética





Fuente de "El Arsenal" de Diego Rivera




Skees (2011) nos recuerda que el significado de una obra de arte es históricamente contingente, pero siguiendo a Teodoro W. Adorno dice que su autonomía se encuentra, no en el significado que el artista le dio originalmente, ni tampoco en  las exégesis que diferentes generaciones de intérpretes le han dado, sino en su producción en sí. Nos describe como, en un programa de radio, Adorno arguyó que:
…el artista sabe muy bien que la autonomía –la libertad- expresada en una obra particular de arte no es necesariamente la expresión de su propia voluntad o  libertad. Dicha autonomía…sólo es posible por medio del apego estricto a las leyes de la forma inherentes de la técnica artística (Skees, 2011, p. 2).  
Por esta razón, la experiencia de una obra de arte es el fruto de la imaginación que activa las facultades del observador (oyente) pero que sin embargo no resulta en un pensamiento o concepto que determina el significado del objeto de manera definitiva. Sin embargo, y esta vez, siguiendo a Kant, Skees afirma que la belleza no puede ser en fin algo mecánico o correcto en el sentido académico. Se trata de una manifestación contextuada por la historia del arte por medio de técnicas que pueden ser tradicionales o emergentes, que incluyen dos elementos esenciales: las reglas, (por ejemplo el estilo de la aplicación de pintura sobre la tela de base), y también el proceso creativo del artista.
Skees refiere a la noción kantiana de la posibilidad de subsumir intuiciones bajo una regla universal. Si no es posible, es decir, si la aplicación de la ley queda pendiente, se trata juicios de reflexión y este es el caso de los estéticos.  Se refiere a una experiencia no cognitiva frente a una obra producida de manera intencional como tal, pero cuya acepción “final” queda pendiente.  
La emancipación del arte emerge simultáneamente con el surgimiento de la subjetividad burgués, porque antes “el arte fue ligado al ritual y las funciones de culta” (p. 2), es decir, la autonomía de la obra está ligada a la libertad del ser humano. Sería el reservorio de la voluntad individual.
Una obra particular tiene a la vez relevancia social y una cierta universalidad. Así, tiene simultáneamente contenido social y permanencia o universalidad. Adorno lo expresó líricamente:  el arte es “un reloj del sol que indica el tiempo de la historia” (Adorno, citado por Skees, p. 11). El arte no se define por su utilidad, es más bien una producción desatada del utilitarismo, aunque el artista en sí puede sentir compromisos particulares con ideologías u otras y diversas influencias.
El arte que tiene un objetivo, como sería el caso de arte político: 

trata la palabra y la forma como meros medios hacia un propósito particular. El arte no es un simple medio, más bien constituye un fin en sí mismo…. [por esta razón el arte es] una imagen de lo que es descubrirse como humano” (Skees, 2011, p. 13).  

     Podemos concurrir con Skees que la acción artística que sólo brota de una agenda política o económica terminará sin valor estético. Sin embargo, es necesario añadir que el producto final de una obra excede las intenciones del autor: muchas obras que se inspiraron en intenciones educativas o proselitistas logran autonomía debido a su universalidad formal. El arte burgués que pudo distanciarse del “mensaje” es reciente: antes del Renacimiento hubo siempre un claro propósito en la creación del arte, y en el periodo medieval  los cometidos eran netamente piadosos, muchas vez con la idea de adoctrinar a los feligreses.


Fuente del ícono de la Virgen y el niño


No obstante, de aquellas épocas salieron notables hazañas artísticas de valor universal (en el sentido de Adorno y Skees). No es necesario ser cristiano para poder apreciar el icono de la Virgen y el Niño con los santos y ángeles, del monasterio Santa Caterina de Sinaí del Sigo VI, o comunista para resonar con los murales de Diego Rivero.




Dice Skees que:
Es por medio de restricciones donde el artista se somete a su tema y trasciende su individualidad que su obra no sea simplemente un subproducto de su individuación….” (Skees, 2011, p. 17).









Referencias:

Skees, Murray W. (2011). Kant, Adorno and the work of art. Philosophy and Social Criticism, 37(8) 915–933.
Imagen de la Virgen y Niño, Santa Caterina, Monasterio Santa Caterina de la montaña de Sinaí. Accesible en la página Web: http://en.wikipedia.org/wiki/Madonna_(art)
Rivera, Diego (1928). The arsenal, detail of the mural. Accesible en la página web: http://en.wikipedia.org/wiki/Diego_Rivera
 
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