viernes, 10 de mayo de 2013

Venezuela y transición


enezuela recibe mucha mala prensa y nosotros que vivimos aquí nos desesperamos a veces con las condiciones deplorables de los espacios públicos, de los debates políticos y del deterioro institucional. Pero creo importante poner esta situación en contexto.

A los venezolanos estos temas importan mucho. Marchan en las calles, inclusive confrontan peligros físicos y encarcelación –en cárceles inframundos- en defensa de sus creencias.

Hay otros lugares que no son así. Aunque haya activistas en otras partes que cuestionan prácticas como las políticas económicas de austeridad y los abusos del poder, y a pesar de que se organicen para lograr algunos cambios, no existe una movilización general de los ciudadanos para mejorar su nivel de vida y preservar su democracia. Aquí, no, el bienestar económico, la libertad de prensa e la institucionalidad diáfana importan mucho.

Siento yo, que estemos en un periodo muy especial de cambio socio-cívico. Hemos ido a tropezones hacia algo nuevo.

¿Qué ha sido esta progresión? La Cuarta República, después de los años sesenta se atrevió a ignorar los problemas de la pobreza. Luego la Quinta República la incorporó como algo urgente a atender, y si bien por ahora no quisiera hablar de los desaciertos que han ocurrido en  el proceso de elevar el nivel de bienestar de la población, por lo menos hasta 2011 el porcentaje de hogares que padecen de “pobreza crónica” ha ido disminuyendo (datos del INE, 2011). Sin embargo La Quinta República ha ido irrespetando la institucionalidad, la legalidad y los requisitos de la democracia.

Lo que viene –ojala- será una convivencia renovada. Ya no hay cómo ignorar la miseria, y los ciudadanos reclaman garantías de sus líderes de legitimidad y derecho.

Es una transición, que está ocurriendo en relativa paz si la comparamos con otros países.
 
Referencias:
 
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