“Blandenques” dicen lamentablemente los guerreros de sillón y algunos cabeza-calientes a las personas que buscan vías pacíficas para lograr el cambio político en Venezuela. TalCual tiene un editorial dedicado hoy a este tema*.
Somos víctimas del mito del héroe, de ambos lados del conflicto actual: algunos adoran a Maisanta, otros a Domingo Alberto Rangel y Pompeyo Márquez, y todos veneran a sus propias interpretaciones de Simón Bolívar.
La admiración del héroe es universal: dice Joseph Campbell:
"Prometeo ascendió a los cielos, robó el fuego de los dioses y luego descendió. Jasón navegó a través de rocas que colisionaban entre sí hacia un mar de maravillas, costeó al dragón que cuidaba la lana de oro y pudo retomar el trono al cual tenía derecho legítimo de un usurpador. Aeneas bajo al sub-mundo, cruzó el terrible río de los muertos, lanzó un sainete al perro guardián de tres cabezas y finalmente dialogó con el espectro de su padre muerto. Todo le fue revelado: el destino de las almas, el porvenir de Roma que estaba al punto de fundar ‘y de qué manera pudiera evitar o sobrellevar cada fardo pesado.’ Se devolvió por el portón de marfil hacia su labor en el mundo (Campbell, 1949/2004, p. 581**)."
Las soluciones en el campo de batalla y “de la calle” que traen vitrinas y cuerpos rotos no conducen a países felices: sólo hay que mirar a lo que ha pasado en gran parte de la mal-llamada Primavera Árabe. Siria ha destruido cualquier aspiración de ser suelo habitable y próspero por los próximos doscientos años. En Libia todavía lanzan bombas e intimiden a la gente. Aunque Irak y Afghanistan sean casos de invasiones externas sin ninguna primavera realmente, también son lugares lamentables, destruidos por las armas y de culturas rotas tal vez para siempre.
Hay también los héroes pacíficos cuya obra es mucho más impresionante que la los hombres en armas: Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela. Pero aquí hay que buscarlos en las letras y la medicina, no en la política; al tipear “héroes pacíficos de Venezuela” en Google no sale ninguna respuesta. Tal vez porque de 1828 a 1958 sólo ha habido aquí 10 años de gobiernos civiles.
¡Hay que buscar soluciones que no involucran ni las armas ni la intimidación!
Referencias
Fuente de la imagen:
** Campbell, Joseph (1949/2004). Hero with a thousand faces. Princeton: Princeton University Press. Accessible en la Página web: http://0775776.student.wdka.nl/herothousandfaces.pdf