Fuente del retrato de Händel
Siempre y toda la vida El Mesías de Georg Friedric Händel ha sido para mí una alegría. La versión que presentó el canal de televisión “Film and Arts” fue una delicia sonora.
Pero no pude tolerar las interpretaciones escenificadas; no las pude ver y tuve que ocupar los ojos en remendar ropa vieja –y odio remendar.
No sé por qué se les ocurriese “modernizarlo”, inventando situaciones cotidianas pero totalmente irrelevantes para la música: situaciones entre parejas, escenarios mostrando tormentosas juntas corporativas y coros vestidos de negro representando vampiros deprimidos, aun en las partes de gran júbilo por el nacimiento del Redentor.
El peor de todos fue durante “Qué hermosos son los pies” que debe haber referido a los pies calosos, agrietados y sucios de los profetas después de sus peripecias por el desierto. Pero se le ocurrió al director presentar -ridículamente- a una pareja en la cama con sus juegos eróticos.
Lo único que sé sobre los créditos es que era una producción filmada en Viena.