Acabo de ver en Film&Arts a la obra Arteserse. La música es de Leonardo da Vinci.
Está puesta en la antigua Persia y se trata de una sórdida lucha de poder en que un padre asesina al rey para conseguir el trono para su hijo. En un momento, bajo la presión de la corte, el padre condena al hijo a la muerte, pero luego de varias luchas de conciencia, intenta salvarlo, y de nuevo, por medio otra tentativa de asesinato, trata sin éxito robar la corona para su vástago. Al final prevalecen el honor, el amor y la justicia.
Para mí, aunque la trama se complique con otros amores y lealtades confusas, la esencia de la historia es ésta: un padre que ambiciona glorias para su hijo pero que queda confundido entre su propio afán de poder y vida.
La música es agarradora. No es una de estas óperas como las de Verdi donde puedes acompañar al artista frente al equipo de sonido, escondido y sólo en tu casa. El rango y rapidez de notas requeridos de los cantantes es espectacular. Todo el elenco era masculino cantando en falsete; pasaban de alto soprano a tenor sin pestañar. (Así fue escrito por Leonardo.) Tengo que decir que pocas veces he oído voces más llenas y más bellas.
Yo no pretendía hoy quedarme pegada a esta obra; la televisión estaba prendida y yo nada más pasé enfrente. Pero me atrapó: permanecí presa entre la estética de la música y la tensión del argumento hasta el final.
¡Qué sábado por la tarde!
INTÉRPRETES Philippe Jaroussky (Artaserse), Max Emanuel Cencic (Mandane), Juan Sancho (Artabano), Franco Fagioli (Arbace), Valer Barna Sabadus (Semira), Yuriy Mynenko (Megabise)