¡Agradezco tanto de no haber nacido en –y por lo tanto no pertenecer a- una tribu!
Tenemos suficientes angustias con nuestras luchas de clases,
luchas de poder entre caudillos y la amenaza del calentamiento global.
Imagínense que tuviéramos que pelear también contra la tribu
vecina y organizarnos según las múltiples alianzas emparentadas como hacen en
el Medio Oriente. Por ejemplo en Yemen los houthi han logrado un golpe de
Estado, y son aliados de los iranís y Hezbollah (por ser de la secta Zaidi de
los shía). Por otro lado los saud (de la familia real de Saudi Arabia) pertenecen a los wahhabi,
y son sunni; consecuentemente están obligados a oponerse a cualquier agrupación shía.
Por esta razón ahora bombardean a Yeman.
Es un enredo de odios que requiere un dibujo ilustrativo para entenderlo. Para ellos es motivo suficiente para ir a morir en batalla abierta.
Demos gracias que en Venezuela no tenemos tales ataduras.