Imagínense que en los Estados Unidos o en Gran Bretaña, en los
años oscuros del segundo Presidente Bush o la Primera Ministra Margaret Thacher, que los
votantes que les oponían (digamos por ejemplo: “los buenos”) hubieran levantado
en las calle exigiendo un cambio de gobierno. En el caso de Bush, en su segunda
elección, ni siquiera tenía el apoyo de la mayoría para ganar aquella elección.
Bush hizo mucho daño a su país: entre otros, mandó los jóvenes a una guerra totalmente injustificada (¿en realidad cuándo se
justifican las guerras?), e hizo de la presidencia algo parecido a un
reino en que el príncipe no tiene que justificar nada, inclusive la
práctica de la tortura y la detención sin juicio. Esta ignominia sigue trastornando
la democracia estadounidense. Digo esto para ilustrar dos maneras en que su
presidencia era nefasta.
Hubo muchas protestas en las calles que la policía las
reprimía a veces con fuerza indebida, pero estas protestas no exigían que le
fuera removido del poder por vías no-constitucionales. La democracia es así: tú puedes odiar a un
gobierno que la mayoría de tus conciudadanos eligieron, sin embargo para
cambiarlo sabes que tienes que participar en organizaciones de base para conseguir
apoyo para un referéndum revocatorio o para las elecciones venideras.
La democracia es una práctica del reconocimiento del otro.
Hay lugares donde no se la entienden de esta manera como Egipto y Ucrania;
cuando se use la fuerza de la calle -en que miles de manifestantes exigen dominar
por la fuera a millones de votantes-, estamos en presencia de la pretensión de
oligarquía.
Yo personalmente creo que hay que: a) dialogar, b)
organizar, c) hacer trabajos educativos y proselitistas en las comunidades, d)
hacer trabajos a favor de las comunidades como construir escuelas y campos
deportivos, e) protestar masivamente contra los abusos puntuales y finalmente f)
preparar un candidato que pueda responder a las necesidades de las grandes
mayorías.
Referencia:
Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=im%C3%A1genes+democracia&biw=942&bih=443&tbm=isch&imgil=TIpuUI8wr2YDjM%253A%253Bhttps%253A%252F%252Fencrypted-tbn2.gstatic.com%252Fimages%253Fq%253Dtbn%253AANd9GcSdHqjdBG_w2HpEIxxlp4mGy8rpIEafcvCZKfDGT4iPNu0m2xmo%253B300%253B317%253BEPKDIuvINFVNTM%253Bhttp%25253A%25252F%25252Fjoselopezsanchez.wordpress.com%25252F2010%25252F05%25252F10%25252Fla-importancia-de-la-democracia%25252F&source=iu&usg=__iJTZ2nYNiM5oNXlh54DIDJq0SrY%3D&sa=X&ei=2edSU9iKPKrmsASDv4KABw&ved=0CC8Q9QEwAQ#facrc=_&imgdii=_&imgrc=TIpuUI8wr2YDjM%253A%3BEPKDIuvINFVNTM%3Bhttp%253A%252F%252Fjoselopezsanchez.files.wordpress.com%252F2010%252F05%252Fdemocracia.jpg%3Bhttp%253A%252F%252Fjoselopezsanchez.wordpress.com%252F2010%252F05%252F10%252Fla-importancia-de-la-democracia%252F%3B300%3B317