jueves, 19 de julio de 2007
Autonomy / Autonomía
English
University autonomy in Latin America is an important issue that transcends particular governmental administrations. It means that the police or the military cannot enter university grounds for repressive purposes, although they can do so to participate in events, take classes or for other strictly academic or sports activities. Autonomy also means that the universities and research institutions can vote for their own administrators and manage their own finances.
All this has certain disadvantages because they cannot benefit from repressive protection, but the benefits far outweigh this problem. The university has the responsibility that the churches had in the Middle Ages, that is the protection of knowledge and reason from transient and sometimes brutal regimes. It is a defensive institution that has sometimes failed, as in the dictatorships in Argentina, Chile, Uruguay, and Brazil, and the repression that occurred in Mexico and Venezuela the 70s and 80’s.
This freedom can lead to trouble. I have mentioned the lack of police protection, but in fact, the university guards probably do at least as good a job as the municipal authorities do. There is rampant financial disorder, but, of course, one can also find this problem in the government. One must conclude that the benefits far, far exceed the difficulties.
In Venezuela these days university autonomy is being questioned. Academic authorities tend to oppose President Chávez and his policies, and he feels that this institution is a thorn in the realization of his new socialism. For my part I would like to see the place as a safe haven for political debate.
This is the reason I no longer participate in demonstrations. I need to think in paragraphs and not in short, shouted, rhyming phrases. This is why I went yesterday to the assembly in the Aula Magna, the great ceremonial hall of the Central University, whose mission it is to be The House that Prevails over Shadow.
Unfortunately most of the debate was incredibly shallow yesterday and the prepared speeches could have been given at a pep rally. There were notable exceptions, the most remarkable being a representative of a neighborhood organization called ”Radar de los Barrios”. He mentioned the general need for citizen autonomy in all civic organizations even the new communal councils, associations that run parallel to the city councils and that are largely managed by pro-government activists. I do not want to discuss these councils just now, but in the future I will. Another exception was not a prepared speech, but rather an intervention made by the professor in the above picture. When a group of people tried to drown the debate with their shouts, this gentleman invited them to participate in an organized way from the podium.
Yesterday’s shallowness in its response to Chavez’s propositions was unfortunate. I have been participating in a “Diploma” graduate program in which government supporters and members of the opposition have been debating for a semester. We have dealt with topics like democracy, education, activism, and participation in historical and philosophical terms. This is what the university has to offer: reasonable discourse. We have not dealt with the problem of autonomy yet, but we should. We should be asking things like:
1. What does the institution of autonomy mean for Venezuela?
2. How is academic debate about political matters different from political debate in the public arena?
3. How can political matters be discussed reasonably? How can they be discussed ethically?
4. How are political “facts” developed and what do they represent? What do they describe? What purposes do these serve?
5. How can academic debate recognize and deal with political emotion?
Español
La autonomía universitaria en América latina es un asunto importante que supera los gobiernos individuales. Significa que la policía o los militares no pueden entrar en los terrenos universitarios para reprimir, aunque lo pueden hacer para participar en actividades propias del lugar. Autonomía también implica que las universidades y las instituciones de investigación pueden votar por sus propios administradores, decidir los requisitos para obtener títulos, organizar actividades de investigación y manejar sus propias finanzas.
Esto tiene ciertas desventajas porque no pueden beneficiarse de la protección de las fuerzas de orden, y hay, como en todas las instituciones, corrupción financiera, pero las ventajas son enormes. La universidad tiene la misma responsabilidad que las iglesias medievales, es decir la protección del conocimiento y de la razón frente a regímenes transitorios y veces brutales.
La autonomía es una institución defensiva que ha fallado a veces, como en las dictaduras de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil en las décadas de los 70 y 80, y la represión en México y Venezuela en los 60 y 70.
Actualmente en las universidades de Venezuela la autonomía está en peligro. Las autoridades académicas tienden a oponerse a las políticas del actual presidente del país, y Chávez siente que esta institución es un estorbo para la realización de su nuevo socialismo.
Por mi parte quisiera ver el lugar como asilo seguro para la discusión política. Por esta razón ya no participo en demostraciones. Necesito pensar en párrafos y no en los lemas rítmicos que se gritan a los transeúntes mientras uno camina por las calles.
Por esta razón fui ayer a la asamblea en la Aula Magna de la Universidad Central, cuya misión es ser la Casa que Vence la Sombra.
La mayor parte de los conferencias ayer fueron increíblemente superficiales. Había excepciones notables, la más notable era un discurso dado por un representante de una organización vecinal llamado "Radar de los Barrios". Mencionó la necesidad general de autonomía ciudadana en organizaciones del Estado, incluyendo los nuevos consejos comunales, asociaciones que funcionan paralelamente a las alcaldías y que son manejadas en gran parte por los activistas pro -gobierno. No deseo hablar de estos consejos ahora, pero en el futuro lo haré.
También hubo una reflexión interesante sobre la historia de la autonomía en Venezuela. En otra contribución la presidenta de la Asociación de Investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas denunció la intromisión del gobierno en su institución.
Otra excepción a la mediocridad fue la intervención del Dr. Ríos (en la foto). Cuando un pequeño grupo intentó sabotear el debate con sus gritos, este caballero invitó a un representante del grupo a participar de manera organizada desde el podio. Fue un gesto de inclusión digno de la universidad.
La superficialidad de mucho del discurso universitario ayer era desafortunada. He estado participando en un programa de postgrado, un “diploma" en el cual partidarios del gobierno y miembros de la oposición han estado discutiendo por un semestre. Hemos podido hablar de temas como la democracia, la educación, el activismo y la participación en términos históricos, filosóficos y de sus manifestaciones en la actualidad, y lo hemos hecho generalmente con cordialidad y como una experiencia de crecimiento mutuo. Esta es la tarea de las instituciones de educación superior. No nos hemos ocupado del problema de la autonomía de la universidad todavía, pero deberíamos hacerlo. Deberíamos considerar temas como:
1. ¿Qué significa la institución de la autonomía para Venezuela?
2. ¿Qué diferencias hay entre la discusión académica sobre asuntos políticos y la discusión política en la arena pública?
3. ¿Cómo se puede hablar racionalmente de asuntos políticos? ¿Cómo podemos hablar de ellos de manera ética?
4. ¿Cómo se desarrollan los "hechos" o “datos” y qué representan? ¿Qué describen? ¿Qué propósitos tienen?
5. ¿Cómo puede la academia ocuparse de la emoción política?
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