lunes, 20 de julio de 2009
¿Un gigantesco paso para la humanidad?
En la entrega pasada hablé del personaje mítico de Michael Jackson; hoy, en el aniversario de la llegada a la luna, hablaré de los astronautas que también son personajes de leyenda e imaginación. Pero MJ fue un héroe sin contenido propio; los viajeros espaciales llevan consigo un mensaje político, económico y de compromiso cultural que considero resbaladizo.
                                                                           Fuente de la pisada lunar
Si el paso simbólico para la humanidad fue gigantesco hace 40 años cuando Niel Armstrong pisó la superficie lunar, el compromiso económico y tecnológico para las próximas generaciones de exploración espacial será aún más formidable. Creo que es algo que deberíamos mirar con cautela crítica: no sé si la meta se justifica dado el precio. No hemos podido solucionar la mayoría de los problemas económicos y sociales aquí sobre la Tierra, y hoy en día no conocemos las implicaciones ambientales de la mayoría de nuestras actividades en nuestro propio hogar planetario; a pesar de esto, hablamos de fundar colonias lunares y marcianas.
Y ¿para qué? El blitz publicitaria no es tan inocente. Una de las razones importantes para hablar de la exploración espacial es que muchos recursos mineros de nuestro planeta están a punto de agotarse; para remediar esto, grandes industrias de extracción podrían ubicarse en el espacio para minar materias primos y traerlos a casa. Esto implica enormes inversiones de capital y producirá como consecuencia grandes concentraciones de riqueza y poder.
Fuente de la imagen de la industria marciana
Además las industrias del espacio y la guerra están relacionadas, y actualmente sólo con las inversiones iniciales de exploración se están acumulando grandes fortunas.
Por estas razones, entre otras, hay una campaña para infundir el romanticismo de la conquista y del heroísmo cósmico en nuestro imaginario colectivo. Hay interés en justificar el gasto público inicial para emprender esta aventura.
Pero nuestros nietos y bisnietos no van a participar, ni en la hazaña homérica de esta gran empresa, ni en las ganancias mercantiles. Más bien tendrán que pagar enormes precios para adquirir los bienes producidos con las utilidades obtenidas del espacio. Si transportar cobre desde Chile aumenta su precio ¡imagínense cuanto aumentará el costo cuando este mineral viene de Marte!
Referencias:
1. Imagen de la industria marciana: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Concept_Mars_colony.jpg
2. Pisada lunar: http://www.nasa.gov/audience/forstudents/k-4/home/F_Apollo_11.html
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