
Digo “curioso” porque esclarece algo de la paranoia que sufran algunas personas con respecto al país del norte.
Personalmente quisiera que fuesen anulados todos los artefactos que tienen el solo propósito de matar y aplaudo cualquier gesto que conduce a su eliminación. Pero más allá de esta emoción básica mía, siento varios corrientes en la carta que valen señalar:
1. Egocentrismo: El Sr. Dallmeier está tan concentrado en sus propios miedos con respecto a su país que piensa que un tratado entre los Rusos y los Estadounidenses tiene como motivo principal hacerle daño a su patria. De algún modo tuve la sensación que considera que los pobres Rusos (tan incautos) han sido inducidos por el malvado Obama a este acuerdo, y que el Presidente estadounidense pasa noches de insomnio inventando nuevas maldades contra Venezuela.
2. Las armas como medio de acción: no se le ocurre al autor de la carta que las armas no sólo son costosas, sino que inevitablemente traen desgracia; las aprecia como algo necesario para la construcción de la sociedad deseada. Además justifica la adquisición reciente de armamento aquí como imprescindible debido a los ya referidos planes bélicos en el gobierno de Obama.
Este tipo de pensamiento sólo puede ocurrir cuando el pensador se sienta situado por un mundo incomprensible y peligroso. Hay que abrir ventanas a este cuarto sin luz, tanto para el propio Sr. Dallmeier como para los demás que comparten el mismo malestar.
Dirección de donde copié la letra ornata: http://retrokat.com/medieval/leil.htm
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