Fuente del dibujo
Ahora que estoy en una especie de recuperación física de una dolencia sin importancia, pero que me obliga a mantener una dieta sólo apetecible para los párvulos, veo más televisión. Direct TV me ofrece cientos de canales, pero la elección real se limita a unos cinco o seis: la BBC, CNI, Film and Arts, Discovery, Vale TV y a veces algún otro por si acaso. Definitivamente Film and Arts es mi refugio.
A veces veo algún episodio de CNI donde todo es predecible y los trabajos del laboratorio policial siempre consiguen esclarecer la verdad. Pero anoche comencé a ver una película policial en un canal fuera de mi zona de seguridad, y tuve que cambiarlo en medio de la presentación porque el grado de violencia malintencionada y perversa me asqueó. Estas tramas no pueden ocurrir en la vida real, pero parece que los productores sólo pueden aliviar la malignidad de sus imaginaciones retorcidas cuando dirigen aquel chorro de pócimas tóxicas hacia nosotros. Hay mucha gente que regularmente ve estas cosas, y siento que se trata de un experimento social para determinar en fin qué grado de envilecimiento toleraremos.
Un escape es el Internet, pero CANTV es tan lenta que puedo levantarme a preparar una manzanilla mientras espere que entre la página en pantalla.
Me escapo a la pila de libros sin leer sobre la mesa de mi estudio y esto es siempre un placer.
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