He traducido (y resumido) el siguiente artículo de Brad Jacobson en el cual entrevista al escritor John Horgan porque creo que el contenido sea de importancia primordial. Casi todo lo que sigue consiste en las palabras de este último. Los datos bibliográficos de la entrevista se encuentran al final.
uando el Presidente Obama aceptó el Premio Nobel para la Paz en 2009, expresó la bien trajinada noción sobre las hostilidades armadas:
“[G]uerra a veces se hace necesaria, y es, en algún nivel una expresión del sentir humano.”
Hoy, mientras los toques de tambor para la guerra con Irán de nuevo alcanzan niveles belicosos, un nuevo libro arguye que, a pesar de la sabiduría convencional, batallar no forma una parte innata de la naturaleza humana.
En “El final de Guerra” el conocido articulista de la ciencia John Horgan aplica el método científico para llegar a una conclusión única: en un sentido biológico, somos tan proclives a la paz de lo que somos a la violencia. Entonces ¿qué aferra los seres humanos a un ciclo de brutalidad que parece no tener fin?
En una entrevista con AlterNet desde su hogar en el Valle de Hudson de Nueva York [el Sr. Horgan ofreció los siguientes comentarios:]….
… “Lo descubrí justo después de la invasión estadounidense de Irak: la vasta mayoría, tanto de la población de los Estados Unidos como del resto del mundo cree que guerra sea una parte permanente de la condición humana. He preguntado a miles de personas sobre esto desde entonces, jóvenes y viejos. Pregunto: ¿piensas que la guerra se acabará algún día? Y normalmente entre 80 y 90 por ciento de las veces dicen:
‘No, nunca terminará. Siempre tendremos conflictos bélicos de un tipo u otro.”
Y cuando preguntaba por tanto pesimismo, me daban un rango de razones. A veces fue: ‘La guerra está en nuestros genes.’ O ofrecían explicaciones ambientales: ‘La guerra proviene de la tendencia de los seres humanos a sobre-poblar regiones específicos, lo cual conduce a la competición para recursos.’
…. [Esta visión, que la guerra sea realmente inmemorial e innata, ha llegado a dominar la ciencia. Hay un grupo de científicos de Harvard, particularmente Edward Wilson, también Richard Wrangham, Steven Pinker, Steven LeBlanc, que son muy influyentes, muy inteligentes y respetados científicos que han expresado repetidamente esta idea que la guerra. Como dijo Obama; dicen que ella es por lo menos tan vieja que somos los humanos, y tal vez aún más vieja, y que prolonga en el tiempo por millones de años hacia nuestro ancestro común el chimpancé. Aquella teoría se acepta ahora y ha filtrado hacia la población general. Lo oigo todo el tiempo….
…. [Sin embargo cuando uno examina la conducta del chimpancé uno encuentra que la violencia que se le atribuyen es grandemente exagerada.] Lo que encontré cuando examinaba la literatura, es que estamos hablando de una cantidad muy pequeña de incidentes [entre primates] durante las últimas décadas. Dependiendo de cómo se los suma, solamente dos docenas. …
…. La literatura que considero realmente significativa sobre esto de los orígenes de la guerra tiene que ver con el primer advenimiento de la guerra en los registros arqueológicos. Quise resaltar en mi libro que, a pesar de lo que a menudo dicen, [donde afirman] que sea un fenómeno que viene de los albores de la humanidad, como dijo Obama, realmente es una manifestación bastante reciente. La evidencia más vieja tiene sólo 12.000 años, y este límite es realmente un extremo. Efectivamente toda la evidencia de guerra comienza hace unos 10.000 años, y parece haber emergido de manera independiente en varias partes del mundo, y luego se expandió rápidamente.
Entonces se trata de una innovación cultural que ocurrió de hecho considerablemente tarde –bien después de la invención de herramientas complejas, de la alimentación cocinada, después de la evidencia de religión y la emergencia del arte y la música. La guerra irrumpió después de todas estas cosas, así no puede ser, de ninguna manera un instinto fijado profundamente en nosotros. Es una innovación cultural reciente y no es algo que luego persistió en todas las sociedades humanas.
Lo fascinante es, además, emerge en algunos lugares y luego desaparece. Y algunas sociedades que en una época eran extremadamente guerreros luego se conviertan en pacíficas, por lo menos en términos de la violencia grupal, por muy largos periodos. Lo que, de nuevo, arroja dudas sobre toda la noción de que sea profundamente asentada en la conducta biológica.
Después de biología, la explicación más frecuente es que la guerra ocurre porque los humanos tendemos a sobre-procrear. Hacemos demasiadas copias de nosotros mismos y en consecuencia comenzamos a pelear por las cosas –agua, animales de caza, tierra, mujeres… Ahora dicen que luchamos por petróleo y otros recursos estratégicos. Siguiendo a la de la biología, esta teoría de la competencia es la explicación que más se repite. Y a menudo se combinan las dos, la de la biología más la de la lucha por recursos.
El problema es que [estas explicaciones] no resisten al análisis profundo. Busco evidencia por el argumento de escasez y hay algunas guerras donde claramente se pelean por recursos… pero hay muchos otros en que no es así. Y lo fascinante, lo que muchas personas no entienden, es que las guerras pueden ocurrir por casi cualquier razón. Ocurren porque algún psicópata carismático convence a su tribu ir a hastiar a quienes viven al lado. Y cuando esto sucede una nueva conducta aparece que cunde rápidamente. ¿Qué hace la tribu vecina si le ataca aquella mandada por aquel psicópata? O huye o se defiende. Por esto la guerra es tan insidiosa.
Se debe percibir a la guerra como un “meme”, como una idea o conducta auto-perpetuante y enraizada una vez que brota en una región dada. Creo que se puede ver evidencia de esto en la última década. ¿Qué han sido los motivos tras las guerras que han acaecido después del 9/11? Invadimos a Afganistán porque nos atacaron el once de septiembre. Esto fue una ofensiva de venganza. Intentamos castigar a quienes nos agredieron. Es lo mismo con la invasión en Irak. Y si no consideras que lo de Irak fue desquite por el once de septiembre, bueno,[encuentras otra razón, por ejemplo] fue porque Saddam Hussein nos amenazaba. Pensamos que Hussein tenía armas. Así que el miedo de la guerra, en aquel caso, nos empujó a lanzar un ataque preventivo.
Ahora tienes el caso de irán, los tambores de guerra se tocan de nuevo. ¿Por qué? ¿Tiene que ver con una disputa por recursos? No, es porque pensamos que Irán nos atacará porque construyen armas nucleares. Y, claro, en Irán tienen interés en armas nucleares porque teman que los Estados Unidos o Israel van a abalanzarse sobre ellos. Por esto considero que hay evidencia clara ahora, si miras al mundo, que la guerra es algo que se mantiene a si mismo más allá de otros factores causales.
… Pienso que el último siglo ha sido atravesado por un cambio fundamental en las actitudes populares hacia la guerra. Si miras hacia la Primera Guerra Mundial, puedes encontrar mucha gente, intelectuales prominentes y líderes políticos, que antes referían a la guerra como algo intrínsecamente buena, como algo que valía la pena por si misma porque hacía bien al carácter de la nación. Teddy Roosevelt hablaba así y también muchos intelectuales destacados. Aún el psicólogo William James, que era pacifista, aceptó que la lucha armada puede estimular valores de carácter y notables virtudes marciales. Toda aquella mierda.
Pero la idea de que sea una actividad que tenga valor en sí mismo, más allá de cualquier alta meta nacional se va desapareciendo, en parte debido a la gigantesca escala industrial de las guerras después de las dos beligerancias mundiales, que le ha ido quitando el glamour.
Todavía glorificamos de variadas maneras a los virtudes tipo “macho” de la guerra. Creo que la película número uno la semana pasada trató de los “Navy Seales” que mataron a Osama bin Laden, pero no es tan profundamente arraigado como antes….
…. Algunas personas piensan que para acabar con las guerras primero hay que crear una utopía, que primero necesitamos la justicia social y la igualdad económica y tenemos que dar fin a toda la pobreza, lograr libertad total y democracia y así sucesivamente. Pero en realidad considero que la dirección de los logros es al revés. Primero debes terminar con la guerra y el militarismo, y luego muchas de estas otras cosas maravillosas pueden resultar. Creo que Costa Rica demuestra esto.
… Dave Grossman, que es un coronel de las Fuerzas Especiales y un instructor en West Point, es un soldado y un verdadero duro. Escribió un libro llamado “Sobre el acto de matar” (On killing), que básicamente argumenta, y presenta datos masivos, que demuestran que, lejos de ser guerreros innatos que ansían matar gente, la mayoría de los hombres dudan mucho en el momento de matar a otras personas. Esto ha sido un auténtico problema para soldados el cual viene de muy atrás, incluyendo la Guerra Civil… Hay evidencia de la Guerra Napoleónico. Se hizo una encuesta de veteranos de combate en la Segunda Guerra Mundial y se encontró que muchos … no disparaban o disparaban lejos del enemigo. No querían matar alguien.
Como resultado el Ejército se horrorizó y modernizó su entrenamiento para aumentar las pautas del disparo entre los soldados. Lo lograron en la Guerra de Corea y especialmente en la de Vietnam. Pero Grossman afirmó que la secuela fue un aumento en desordenes pos-traumáticos….
…. El complejo militar-industrial es extremadamente importante. Algunos amplían esto y dicen que ‘no vas a acabar con la guerra mientras exista capitalismo porque siempre habrá el avaricia de las ganancias de la guerra…” Mi respuesta es que los grandes titanes del capitalismo ahora son compañías como Amazón y Google y Apple. Haliurton existe sólo como si fuera monedas sueltas en los bolsillos de estas compañías: es pequeñita. Aun las grandes empresas aéreo-espaciales como Lockheed Martin son minúsculas en comparación con ellas de computación: ellas no perciben el mundo como lugares para conquistar sino como mercados potenciales. No quieren guerra. Quieren el libre comercio y comercialización. Este es el ímpetu tras la globalización.
La globalización puede conducir a problemas… pero… en general… puede ser una fuerza muy progresiva, una fuerza profundamente pacífica…. El problema es que desde la Segunda Guerra Mundial el complejo militar-industrial se ha fortalecido y ahora está amurallado….."
Referencia:
Entrevista por Brad Jacobson con John Horgan (20 de marzo, 2012). Why War Isn’t Inevitable: A Scientist Studies the Secret to Peaceful Societies. Alternet. Accesible en la página web: http://www.motivationalbooks.com/thelightofnewmexico/2012/03/20/why-war-isnt-inevitable-a-scientist-studies-the-secret-to-peaceful-societies/
martes, 20 de marzo de 2012
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