Necesito preguntar algunas cosas que desde la muerte de Castro me están molestando. Con contadas excepciones, el debate sobre este acontecimiento se ha quedado en exclamaciones de alegría o dolor según el parecer ideológico de cada quien. Todo el mundo debate si va para el cielo o el infierno.
Aunque casi ninguno de nosotros tengamos voz o voto real con respecto al futuro del país, pregunto ahora: ¿qué imagen tenemos para lo que viene? Evidentemente todos quisiéramos ver un progreso hacia la democracia, a la liberación de los presos políticos y a la abertura de los medios de comunicación a todos los puntos de vista.
¿Pero qué más?
¿Quisiéramos cambios profundos en la burocracia? ¿Cuba debe basarse en una economía de turismo? ¿Debe Donald Trump construir un hotel en La Habana? ¿Debe volverse a producir azúcar? ¿Los dueños originales de las azucareras deben regresar a administrar esta industria? ¿Pensamos que la isla debe invertir en la explotación de petroleo y gas? ¿Debe llenarse de compañías e industrias estadounidenses, europeas y chinas? ¿Consideramos que la educación debe quedarse en manos privadas? ¿Qué debe pasar con el sistema de salud cubano? Hay muchas preguntas más que deben plantearse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario