viernes, 22 de junio de 2007
Identification with the aggressor / Identificación con el agresor
English
Martin Luther King said, “Wars are poor chisels for carving out peaceful tomorrows.” One might add that the mistreatment of an ethnic or minority group is a poor tool for pacifying these victims.
There is something Freud called “identification with the aggressor”. This is what happens in some cases when people are powerless against the brutality of others. They say, “Never again!” and become just as brutal as their assailants. On the other hand they can become passive and accept the treatment they receive, perhaps dying in the process. Of course, another solution would be to become very sensitive to the suffering of others.
Whole peoples have chosen the violent solution. I have the impression that the Israelis, after WW II, and the Hamas, after the treatment they received from the Israelis, have taken this course. What has to be done for people to work through their suffering, even their guilt, and to become better people in the process?
It seems that few nations have been able to do it. The Reconciliation in South Africa was very close to successful; it did manage to abolish apartheid without bloodshed.
And in the opposite case, when aggressors become aware of what they have done, it can happen that they come to terms with their past and try to make amends. The Germans come to mind, having enacted legislation after the war designed to shun a repetition of the horrors of Fascism. In the United States, a nation of winning aggressors up until now, this has never been accomplished, not in relation to Manifest Destiny, nor slavery, nor the massacre of the Indians, nor the neo-colonial wars of the late twentieth century in the Far and Middle East. Whole sectors of the population can only conceive of thrashing their rivals and seizing the resources they leave behind when routed.
Español
Martin Luther King dijo: " las guerras constituyen pobres cinceles para tallar una mañana pacífica." Se podría agregar que el maltrato de un grupo étnico o una minoría es una herramienta ineficaz para pacificar a estas víctimas.
Freud llamó "identificación con el agresor" a lo qué sucede en algunos casos cuando la gente queda impotente frente a la brutalidad de otras personas. Dicen las víctimas: “¡Jamás sufro así de nuevo!” y se vuelvan tan brutales como sus asaltantes. Por otro lado pueden reaccionar de manera pasiva y aceptar el tratamiento que reciben, y quizás morir en el proceso. Por supuesto, otra solución sería convertirse en gente sensible al sufrimiento de los demás.
Naciones enteras han elegido la solución violenta. Tengo la impresión que los Israelíes, después de la Segunda Guerra Mundial, y el Hamas, después del tratamiento que han recibido de los Israelíes, han tomado este curso. ¿Qué tiene que ocurrir para que la gente asimila su sufrimiento y se convierta en mejores personas?
Pareciera que pocos países han logrado esta última salida. La Reconciliación en Sudáfrica pudo suprimir el apartheid sin matanzas.
En el caso opuesto, cuando los agresores se dan cuenta de lo que han hecho, puede ocurrir que intenten remediar los daños causados. Pienso en los Alemanes que decretaron legislación en los años 40 y 50 diseñada para evitar una repetición de los horrores del fascismo. En los Estados Unidos, una nación de agresores exitosos hasta ahora, no se ha podido hacer un examen de conciencia al respecto de sus violencias, ni en lo referente al Destino Manifiesto, ni a la esclavitud, ni a la masacre de los indios, ni a las guerras neocoloniales del último siglo en el Oriente lejano y en los países árabes. Sectores enteros de la población sólo pueden concebir la opción de agredir a sus rivales y de apoderarse de los recursos de éstos.
Freud's photo / Foto de Freud: http://www.google.co.ve/search?hl=es&q=Freud+photo&btnG=Buscar+con+Google&meta=
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