sábado, 27 de diciembre de 2008

Mayan Trail Travel Journal 7 / Bitácora de la ruta maya 7




English




Nov 25th

Chichen Itza

It seems like ages ago, although it was only yesterday, that we visited Chichen Itza, a wonderful place. I was guided through it with a little booklet, and in what follows I’ll cite bits from it to accompany my memory. We saw it having taken a bus that left from Valladolid.

Of course, I arrived there with a very positive preconception. I thought of the Itzá as a Mayan version of King Arthur’s Round Table. Almost Camelot, because they tried to include different Mayan ethnic groups in their government. That’s why Chichen lasted two or three hundred years more.

The archeologists keep digging. But it’s a very commercial spot now with busses arriving and different languages being spoken everywhere. There are souvenir sellers everywhere, too, and some of what they offer is really pretty.

I imaged, again, how things would have been back then. The Itza would have adorned their gods, and people would have been selling things even then. And there would have been many dialects being spoken.

On the left, as one goes in, one sees a road that leads to the sacred cenote. It’s the same way the Itza would have gone to get there, with low stone walls that lead to a small construction where they threw in their sacrificial objects. These days the vendors occupy the spaces where the priests would have stood to watch the king pass by on his way to the ceremony.

In the classical period (250-900 a.C) the Itzas had developed a certain historical awareness, astronomical knowledge and a precise calendar. In the dry environment of Yucatan they collected rainwater in constructions called chultunes, or got access to water from the cenotes. They farmed corn, beans, yucca, avocado and other vegetable products like tobacco and rubber. They also ate game meat.

Chichen is a well preserved and has very large set of ruins.






It's not the first place I have seen ballgame fields. I haven’t described them before, but we have seen them often on this Maya route. The one in Chichen is the biggest. It was built in the post-classical Maya-Toltec period (900-1200).



The game had ceremonial significance for them, and it is said that some players were sacrificed afterwards. Some of our guides have said that it was the winners and others that it was the losers. But anyway, this kind of death was a privilege and an honor. Symbolically it portrayed opposing forces like day and night, rather like an American version of ying y el yang. The players used heavy, protective clothing to hit a big, heavy ball with their ribs, hips, and chests; the objective was to hit certain markers, or even better, to get the ball through rings placed high up on the walls built up on each side.



The ring in this picture is decorated with two snakes, represen-tations of K'uk'ulkan.





At the far end is the temple where the selected players were sacrificed.










Near the playing field one can see several platforms. This one is the Jaguar Platform.

The main building is called “the Castle”; it is located in the center of the central patio. It has four sides with distint levels that lead up to a temple. I wasn’t there for the summer solstice, March 21st, when, in a play of light and shadow the great serpent K'uk'ulkan seems to slide down at the corners.



Behind this building is a large complex that includes the Chac Mool temple; I wasn’t able to climb up there to get a good picture of this reclining figure that looks like a chair, but in this detail it can be appreciated.



















Next to the temple are a large group of columns that they call a market place.


Just as spectacular is the “Observatory”; it has a dome, and it certainly evokes modern-day telescope structures. But they say that there is no archeological data to really support this claim. I have decided to believe it is true.



There are other structures that have beautiful decorations. In the following pictures are representations of Chaac, the rain god with his long nose.













Chichen has a large sacred cenote. From the picture its circumference (60 mts) and depth (12 mts.) can’t be seen. The walls are almost vertical. The Itzas would throw sacrifices into it (things, animals and people). Some valuable remains and pieces have been recuperated by divers.



Reference: Roberto García Moll, (2002). Chchén Itzá. México D.F.: México Desconocido



Español



Nov 25

Chichén Itzá

Ayer, que parece un año atrás, fuimos a Chichén Itzá, un lugar que quita la respiración. Tengo una publicación que muestra los diferentes edificaciones (ver referencia abajo) y citará e ella. Vimos este lugar después de tomar un autobús desde Valladolid.

Claro, llegué al lugar con una preconcepción bastante positiva; pensé en Chichén Itzá como una versión maya de la mesa redonda del Rey Arturo, porque intentaron incluir diferentes grupos de la etnía maya en el proceso del gobierno. Por esto duraron dos o tres cientos años más.

El lugar es grande y siguen excavando, hay trabajo arqueológico por todas partes. Es muy comercial con autobuses llegando de todas partes con cualquier idioma sonando de los demás turistas al lado de uno. Y vendedores de recuerdos, algunos de los cuales son tejidos y esculturas realmente bonitas.

Imaginé que el lugar hubiera sido así cuando los Itzá habitaron y adornaron sus dioses allí. Debe haber habido vendedores, tejidos hermosos en todos los colores, diferentes olores de incienso e inclusive los variados dialectos maya intermezclados.

Por el izquierdo al entrar se ve un camino que conduce a un cenote sagrado. Este camino es el mismo usado por los Itza, y en el comienzo se ven muros bajos de piedra que conducen a una pequeña construcción desde donde, probablemente, lanzaron sus ofrendas. Hoy en día esta vía está llena de vendedores que llaman a los turistas desde sus puestos de telas cubiertas con lo que venden, pero de nuevo, imaginé los sacerdotes y demás oficiales con sus vestimentas, plumas y tocados que esperaban en los mismos lugares mientras pasaba el rey.

Ya para el periodo clásico (250-900 d.C) los Itzá habían desarrollado una conciencia histórica, conocimiento astronómico y habían dearrollado un calendario precio. Los mayas tenían un sistema de comercio interno. En el territorio seco de Yucatán recolectaban la lluvia del verano en construcciones especiales llamadas chultunes o tenían acceso al agua por medio de los cenotes. Cosechaban maíz, fríjol, calabaza, jitomate, chile, yuca, camote, jícama, achotes, aguacate, achote y otros productos vegetales como algodón, henequén, tabaco, copal y hule. También comían carne, sobre todo productos de la cacería.

Chichén está bien preservado y aun más, es sobrecogedor por su tamaño. Comencé mi recorrido, librito en mano, para no perder nada y para ir identificando lo que estaba viendo.



La primera visita fue a la cancha de pelota. No he descrito este tipo de instalación antes, pero las he visto en la mayoría de las ruinas que hemos visitado. La de Chichén es especialmente grande. Ésta fue construida en el periodo post-clásico en el tiempo maya-tolteca (900-1200).


Para los maya estos juegos tenían significado ceremonial, y dicen que algunos de los jugadores tenían que ser sacrificados después, algunos guías han dicho que fueron los ganadores, otros los que perdieron. Pero en todo caso se trataba de un privilegio y un honor. Simbólicamente se trataba del enfrentamiento de fuerzas contrapuestas como el día y la noche, supongo una versión americana del ying y el yang. Los jugadores se vestían de ropas protectores para poder batear las grandes y pesadas pelotas con sus costillas y caderas; el objetivo era apuntarla a marcadores, o aún mejor, hacerla pasar por aros localizados a cierta altura sobre sus cabezas en los muros de ambos lados.



En el aro se ven dos serpientes, representaciones de K'uk'ulkan.





Al fondo está lo que se cree el templo donde se sacrificaban los jugadores seleccionados para este honor.










Cerca de la cancha se ven algunas plata-formas, y en la foto está la de los jaguares.

La edificación principal es lo que llaman “el castillo”, está localizada en el centro del patio central. Tiene cuatro lados con gradaciones que suben a la cima desde todos ellos. Encima de esta plataforma central hay un templo. No pude presenciar el espectáculo que se ve durante el solsticio del 21 de marzo, cuando en un juego de luces se da la impresión que K'uk'ulkan, la gran serpiente, se deslizara desde arriba hasta el suelo por las esquinas de las escalinatas.



Detrás está un enorme complejo que incluye el Templo del Chac Mool; no pude subir para tomarle una foto de esta figura acostada que parece un asiento, pero en el detalle de la foto que le puede apreciar.



















Al lado están muchas columnas de lo que llaman un mercado.



Igualmente espectacular es lo que han llamado el observatorio, es redondo y ciertamente evoca los edificios modernos que tienen este propósito, pero no se ha demostrado arqueológicamente que realmente lo tuvo. Quiero creer que sí.



Hay otras ruinas que son bellas por sus decoraciones. En las que se ven en estas fotos se ven dos representaciones de Chaac, dios de la lluvia, con su nariz larga.













Chichén tiene preservado un enorme cenote sagrado. En la foto no se aprecian ni su profundidad (12 metros) ni su diámetro (60 metros), las paredes son casi verticales. En él los Itzá lanzaron objetos, animales y personas como sacrificios, y aunque no hayan proyectos actuales para recuperar más restos y piezas, de allí se han sacado muchas piezas de alto valor.



Referencia: Roberto García Moll, (2002). Chchén Itzá. México D.F.: México Desconocido

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