Este es un trozo del quinto capítulo de un librito que acabo de terminar sobre el héroe. Lo copio aquí porque hay tanta discusión en Venezuela ahora sobre quién será el verdadero paladin que debemos adoptar como salvador. Hay representantes de la Oposición que se asoman con esta aspiración, y tienen seguidores que consideran a todos los demás candidatos a líder "cobardes". Personalmente prefiero un estadista que funciona sin dramatismos dentro de una institucionalidad legal e inclusiva.
Ejemplos más recientes del
héroe oscuro
Un revolucionario guasa: Jack Cade (1)
Tal vez el primer héroe ideológicamente
revolucionario que aparece como tal en la literatura (2)
es JackCade en la obra shakesperiana de Henry VI (segunda parte). No es un
personaje verdaderamente tenebroso, por lo menos dados los valores de su tiempo;
el autor más bien se ríe de él: burla de su falta de linaje, nobleza y
alcurnia; le atribuye oficios comunes
como costurero, yesero y trasquilador, y le presenta como analfabeta, es decir,
Cade es todo menos que un caballero de la corte: presume cierto derecho a
señorío, e ilógicamente reclama parentesco con las casas grandes de Inglaterra;
todo esto queda como frívolo dadas sus aspiraciones revolucionarias;dice:
“…nuestros enemigos caerán ante nosotros, [estamos] inspirados con el
deseo de sofocar los reyes y los príncipes…” (Shakespeare, s/f, 1600).
Cade apela a viejas añoranzas de la
humanidad: hace promesas sobre la igualdad y fraternidad que establecerá en el país
una vez que sea “rey”; aún en su declaración de principios Shakespeare se mofa
de él: en su reino el valor del dinero se cambiará: en contra de todas las
expectativas aritméticas, siete mitades se sumarán a uno, claro, para el
beneficio de quienes compran pan de medio. Beber poco o moderadamente será un
crimen; en las calles habrá pasto en vez de adoquines y todo el mundo estará igualmente
uniformado para que no hayan diferencias en el momento de adorarle a él, a Cade:
“Sean valientes, entonces; porque su
capitán es valiente,
y prometereformas. Habrá en
Inglaterra siete panes de medio centavo
vendidos por un centavo: las ollas de
tres agarraderos
tendrán diez agarraderos; será un delito
grave
beber cervezas pequeñas: todo el
reino será en
común; y en [plena ciudad]mi caballo
comerá hierbas;
y cuando sea rey, como rey yo seré, …
no habrá dinero;todos comerán y beberán
por mi cuenta; Y haré prendas de
vestir
todas iguales, para que puedan
ponerse de acuerdo
como hermanos, y adorar a su señor.”
(Shakespeare, s/f, 1600). (3)
No es por haber deseado la igualdad
entre los hombres que incluyo a Jack Cade aquí: es una viejísima aspiración de
todas las comunidades históricas y modernas.
Además, encabeza mi lista de héroes
oscuros en el estilo moderno a pesar de no destacarse por inusual maldad; su
semblanza con las demás figuras en este capítulo proviene de su defensa de una
causa y al mismo tiempo su avidez de ser adorado y dictar los destinos de los
demás. Tal como lo retrata Shakespeare, aparece en escena como un bufo de la
oscuridad, y tal vez por esta disparidad con las reseñas que esbozo a
continuación, constituye una buena introducción al tema. Es un personaje
irónico, y por contraste enfatiza la analogía de crueldad que tienen los verdaderos protagonistas sombríos:
posiblemente todo tirano esconde una profunda sátira de significados discordes.
Los llamo “héroes” porque siempre tienen sus adeptos y esta atracción -que pareciera inexplicable-
merece algo de reflexión.
Los héroes oscuros y la ideología
Maximilien Robespierre
es un miembro fundador de un círculo de las verdaderas figuras oscuras que han
emergido en nombre de ideales; la presencia histórica de estas personas
significa algo más que su oposición a las casas reales que podrían justificar
la subyugación de sus sujetos debido a la voluntad de los dioses y el linaje de
sus familias. Estos nuevos rostros épicos tienen seguidores convencidos por una
causa: son dictadores que procuran el apoyo –a veces delirante- de sectores de
las poblaciones que representan una aspiración política o ideológica: a este
círculo desalmado también pertenecen Adolfo Hitler de Alemania, Francisco
Franco de España, Joseph Stalin de la Unión Soviética, Pol Pot de Cambodia,
Agusto Pinochet de Chile, Fidel Castro y muchos otros.
Tal vez se puede identificar a Robespierre como la primera
figura que da origen al héroe oscuro en nombre de ideales en nuestros tiempos:
apelando a la libertad, la fraternidad y la igualdad, se dedicó a la
intimidación y la represión. Robespierre se consideraba un seguidor de su propia interpretación de Jean-Jacques
Rousseau, y desde su juventud se dedicó a la defensa de los desposeídos de la
Francia monárquica. Pero luego de obtener poder político y siendo jacobino (4), tuvo un papel influyente
en el crecimiento del “reino de terror” de la Revolución francesa; tuvo
responsabilidad directa en la persecución y ejecución de miles de compatriotas
que consideraba traidores, sediciosos y
conspiradores -entre otros epítetos ofensivos. Oponiéndose al despotismo de los
monarcas, su propia arbitrariedad cruel se fundaba irónicamente sobre sólidos
fundamentos teóricos e ideológicos del Estado republicano; sin embargo
consideraba al asesinato como un acto de salvaguardia a la virtud y algo que se
hace en defensa del bien público.
Robespierre declaró que “[defendía] con
desmedida energía la causa de los endebles oprimidos contra sus poderosos
opresores” y por esto ha “faltado al
respeto que se debe a los tribunales del antiguo régimen tiránico”, (Robespierre,
1792, párrafo 7). Reclamó el derecho de los ciudadanos a elegir libremente
quienes presidirán sobre los tribunales de la nación. Dijo que los nobles no
podrían darle a la gente aquello que le era en esencia suyo, incluyendo aquello
de “ejercer los derechos del soberano.” Este discurso es fascinante ya que
tiene dos significados: a) el enemigo opresor es el antiguo régimen –y en otros
escritos también incluye a los demás monarcas de Europa, y b) el pueblo es
soberano, a pesar del avasallamiento que él mismo ejercía sobre la gente.
Muchos dictadores han dejado testimonios escritos de sus causas; desde
tiempos romanos hasta el presente se puede mencionar los siguientes ejemplos:
“La Guerra de las Galias” de Julio Cesar, “El camino al poder” de Joseph
Stalin, “La doctrina del Fascismo” de Benito Mussolini, “Mi lucha” de Adolfo
Hitler, “Reflexiones” (y muchas publicaciones más) de Fidel Castro, “Citas del
Presidente Mao” de Mao Zedong y “Piedras y leyes” de Fulgencio Batista. Lo
sugestivo de estos personajes es la necesidad que tuvieron para explicarse. La excepción es Julio Cesar -que
tuve que leer en mis clases de latín en el liceo-: puede ser contrastado con
los demás porque su testimonio trata básicamente de la historia de sus
conquistas; quiso meramente dejar sentado su poder y su brillante reputación
guerrera. Los demás precisaban transmitir un mensaje y dejar en claro cuáles
eran sus razones para actuar.
No hay espacio en estas reflexiones para considerar a cada uno por
separado, pero vale la pena fijarnos en lo que tienen de atractivo para sus
partidarios y por qué son héroes oscuros para mucha gente.
En general se puede decir que apelan a varias estrategias, algunas de
las cuales cualquier tirano conoce (la diferencia entre estos portadores de
causas, y los reyes de la antigüedad está en la última táctica): a) lealtad: recompensan la sumisión y el
acatamiento, y castigan muy duramente la disidencia, b) dependencia: el acceso a todos los recursos pasan por sus manos, c)
homenaje: en la más pura tradición
del mafioso, convierten el miedo que les tienen sus seguidores en algo que
llaman “respeto” y d) un modelo de una
vida mejor: emplean los ideales de justicia, igualdad, orden, ley o
prosperidad para inducir a sus adeptos a excluir y a castigar a quienes no
comparten o que dudan de estas aspiraciones.
Dicha combinación de castigos y razones es una poderosa mezcla. Sabemos
que las personas que no pasan tiempo estudiando las ideologías las “aplanan” (5).
Es decir, la mayoría de nosotros aprende algunos lemas políticos y no entramos
en un análisis de los dogmas. Si los antiguos héroes oscuros sabían emplear el
terror, los nuevos ofrecían razones ideológicas para inducir el
auto-sometimiento -además del miedo-. Igualmente, la ilusión de pertenencia la
banda en poder siempre ha sido atractiva, y el susto a ser excluido puede ser
paralizante.
[i]
Empleo la figura creado por William Shakespeare, pero existe un antecedente
verdadero en la Revuelta de Campesinos
en 1381.
[ii] Ha
habido libertadores como el hebreo Moisés, o Euno en Sicilia en el 135 aC, y
Espartaco en el sur de Italia en el 73 aC. Hablo aquí más bien de
revolucionarios que proponen racional política y nuevos sistemas de gobierno.
[iii]“Be brave, then; for your captain is brave, and
vows
reformation.
There shall be in England seven
halfpenny
loaves sold for a penny: the three-hooped
pot;
shall have ten hoops and I will make it felony
to
drink small beer: all the realm shall be in
common;
and in Cheapside shall my palfrey go to
grass:
and when I am king, as king I will be,--…
I
thank you, good people: there shall be no money;
all
shall eat and drink on my score; and I will
apparel
them all in one livery, that they may agree
like
brothers and worship me their lord.”
[v] Como
también es el caso de las “representaciones sociales” (Moscovici, 1961/1976).
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