jueves, 25 de junio de 2015

¿Necesitamos más héroes?

Este es un trozo del quinto capítulo de un librito que acabo de terminar sobre el héroe. Lo copio aquí porque hay tanta discusión en Venezuela ahora sobre quién será el verdadero paladin que debemos adoptar como salvador. Hay representantes de la Oposición que se asoman con esta aspiración, y tienen seguidores que consideran a todos los demás candidatos a líder "cobardes". Personalmente prefiero un estadista que funciona sin dramatismos dentro de una institucionalidad legal e inclusiva.  

Ejemplos más recientes del héroe oscuro

Un revolucionario guasa: Jack Cade (1)
Tal vez el primer héroe ideológicamente revolucionario que aparece como tal en la literatura (2) es JackCade en la obra shakesperiana de Henry VI (segunda parte). No es un personaje verdaderamente tenebroso, por lo menos dados los valores de su tiempo; el autor más bien se ríe de él: burla de su falta de linaje, nobleza y alcurnia; le  atribuye oficios comunes como costurero, yesero y trasquilador, y le presenta como analfabeta, es decir, Cade es todo menos que un caballero de la corte: presume cierto derecho a señorío, e ilógicamente reclama parentesco con las casas grandes de Inglaterra; todo esto queda como frívolo dadas sus aspiraciones revolucionarias;dice:
“…nuestros enemigos caerán ante nosotros, [estamos] inspirados con el deseo de sofocar los reyes y los príncipes…” (Shakespeare, s/f, 1600).
Cade apela a viejas añoranzas de la humanidad: hace promesas sobre la igualdad y fraternidad que establecerá en el país una vez que sea “rey”; aún en su declaración de principios Shakespeare se mofa de él: en su reino el valor del dinero se cambiará: en contra de todas las expectativas aritméticas, siete mitades se sumarán a uno, claro, para el beneficio de quienes compran pan de medio. Beber poco o moderadamente será un crimen; en las calles habrá pasto en vez de adoquines y todo el mundo estará igualmente uniformado para que no hayan diferencias en el momento de adorarle a él, a Cade:
“Sean valientes, entonces; porque su capitán es valiente,
y prometereformas. Habrá en Inglaterra siete panes de medio centavo
vendidos por un centavo: las ollas de tres agarraderos
tendrán diez agarraderos; será un delito grave
beber cervezas pequeñas: todo el reino será en
común; y en [plena ciudad]mi caballo comerá hierbas;
y cuando sea rey, como rey yo seré, …
no habrá dinero;todos comerán y beberán
por mi cuenta; Y haré prendas de vestir
todas iguales, para que puedan ponerse de acuerdo
como hermanos, y adorar a su señor.” (Shakespeare, s/f, 1600). (3)

No es por haber deseado la igualdad entre los hombres que incluyo a Jack Cade aquí: es una viejísima aspiración de todas las comunidades históricas y modernas.
Además, encabeza mi lista de héroes oscuros en el estilo moderno a pesar de no destacarse por inusual maldad; su semblanza con las demás figuras en este capítulo proviene de su defensa de una causa y al mismo tiempo su avidez de ser adorado y dictar los destinos de los demás. Tal como lo retrata Shakespeare, aparece en escena como un bufo de la oscuridad, y tal vez por esta disparidad con las reseñas que esbozo a continuación, constituye una buena introducción al tema. Es un personaje irónico, y por contraste enfatiza la analogía de crueldad que  tienen los verdaderos protagonistas sombríos: posiblemente todo tirano esconde una profunda sátira de significados discordes. Los llamo “héroes” porque siempre tienen sus adeptos  y esta atracción -que pareciera inexplicable- merece algo de reflexión.

Los héroes oscuros y la ideología
Maximilien Robespierre es un miembro fundador de un círculo de las verdaderas figuras oscuras que han emergido en nombre de ideales; la presencia histórica de estas personas significa algo más que su oposición a las casas reales que podrían justificar la subyugación de sus sujetos debido a la voluntad de los dioses y el linaje de sus familias. Estos nuevos rostros épicos tienen seguidores convencidos por una causa: son dictadores que procuran el apoyo –a veces delirante- de sectores de las poblaciones que representan una aspiración política o ideológica: a este círculo desalmado también pertenecen Adolfo Hitler de Alemania, Francisco Franco de España, Joseph Stalin de la Unión Soviética, Pol Pot de Cambodia, Agusto Pinochet de Chile, Fidel Castro y muchos otros.
Tal vez se puede identificar a Robespierre como la primera figura que da origen al héroe oscuro en nombre de ideales en nuestros tiempos: apelando a la libertad, la fraternidad y la igualdad, se dedicó a la intimidación y la represión. Robespierre se consideraba un seguidor de su propia interpretación de Jean-Jacques Rousseau, y desde su juventud se dedicó a la defensa de los desposeídos de la Francia monárquica. Pero luego de obtener poder político y siendo jacobino (4), tuvo un papel influyente en el crecimiento del “reino de terror” de la Revolución francesa; tuvo responsabilidad directa en la persecución y ejecución de miles de compatriotas que consideraba  traidores, sediciosos y conspiradores -entre otros epítetos ofensivos. Oponiéndose al despotismo de los monarcas, su propia arbitrariedad cruel se fundaba irónicamente sobre sólidos fundamentos teóricos e ideológicos del Estado republicano; sin embargo consideraba al asesinato como un acto de salvaguardia a la virtud y algo que se hace en defensa del bien público.
Robespierre declaró que “[defendía] con desmedida energía la causa de los endebles oprimidos contra sus poderosos opresores” y por esto ha “faltado al respeto que se debe a los tribunales del antiguo régimen tiránico”, (Robespierre, 1792, párrafo 7). Reclamó el derecho de los ciudadanos a elegir libremente quienes presidirán sobre los tribunales de la nación. Dijo que los nobles no podrían darle a la gente aquello que le era en esencia suyo, incluyendo aquello de “ejercer los derechos del soberano.” Este discurso es fascinante ya que tiene dos significados: a) el enemigo opresor es el antiguo régimen –y en otros escritos también incluye a los demás monarcas de Europa, y b) el pueblo es soberano, a pesar del avasallamiento que él mismo ejercía sobre la gente.
Muchos dictadores han dejado testimonios escritos de sus causas; desde tiempos romanos hasta el presente se puede mencionar los siguientes ejemplos: “La Guerra de las Galias” de Julio Cesar, “El camino al poder” de Joseph Stalin, “La doctrina del Fascismo” de Benito Mussolini, “Mi lucha” de Adolfo Hitler, “Reflexiones” (y muchas publicaciones más) de Fidel Castro, “Citas del Presidente Mao” de Mao Zedong y “Piedras y leyes” de Fulgencio Batista. Lo sugestivo de estos personajes es la necesidad que tuvieron para explicarse. La excepción es Julio Cesar -que tuve que leer en mis clases de latín en el liceo-: puede ser contrastado con los demás porque su testimonio trata básicamente de la historia de sus conquistas; quiso meramente dejar sentado su poder y su brillante reputación guerrera. Los demás precisaban transmitir un mensaje y dejar en claro cuáles eran sus razones para actuar. 
No hay espacio en estas reflexiones para considerar a cada uno por separado, pero vale la pena fijarnos en lo que tienen de atractivo para sus partidarios y por qué son héroes oscuros para mucha gente.
En general se puede decir que apelan a varias estrategias, algunas de las cuales cualquier tirano conoce (la diferencia entre estos portadores de causas, y los reyes de la antigüedad está en la última táctica): a) lealtad: recompensan la sumisión y el acatamiento, y castigan muy duramente la disidencia, b) dependencia: el acceso a todos los recursos pasan por sus manos, c) homenaje: en la más pura tradición del mafioso, convierten el miedo que les tienen sus seguidores en algo que llaman “respeto” y d) un modelo de una vida mejor: emplean los ideales de justicia, igualdad, orden, ley o prosperidad para inducir a sus adeptos a excluir y a castigar a quienes no comparten o que dudan de estas aspiraciones.
Dicha combinación de castigos y razones es una poderosa mezcla. Sabemos que las personas que no pasan tiempo estudiando las ideologías las “aplanan” (5). Es decir, la mayoría de nosotros aprende algunos lemas políticos y no entramos en un análisis de los dogmas. Si los antiguos héroes oscuros sabían emplear el terror, los nuevos ofrecían razones ideológicas para inducir el auto-sometimiento -además del miedo-. Igualmente, la ilusión de pertenencia la banda en poder siempre ha sido atractiva, y el susto a ser excluido puede ser paralizante.





[i] Empleo la figura creado por William Shakespeare, pero existe un antecedente verdadero en  la Revuelta de Campesinos en 1381.
[ii] Ha habido libertadores como el hebreo Moisés, o Euno en Sicilia en el 135 aC, y Espartaco en el sur de Italia en el 73 aC. Hablo aquí más bien de revolucionarios que proponen racional política y nuevos sistemas de gobierno.
[iii]“Be brave, then; for your captain is brave, and vows
reformation. There shall be in England seven
halfpenny loaves sold for a penny: the three-hooped
pot; shall have ten hoops and I will make it felony
to drink small beer: all the realm shall be in
common; and in Cheapside shall my palfrey go to
grass: and when I am king, as king I will be,--…
I thank you, good people: there shall be no money;
all shall eat and drink on my score; and I will
apparel them all in one livery, that they may agree
like brothers and worship me their lord.”
[iv]Los jacobinos era el grupo/partido más radical de los anti-monárquicos en Francia por la época.
[v] Como también es el caso de las “representaciones sociales” (Moscovici, 1961/1976).

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