Leí recién un artículo* que expresa algo en que he venido
reflexionando antes. Los movimientos populistas y separatistas se multiplican y
uno de los motivos para esta amenaza anti-democrática es un cambio socio
económico que ya comienza a sentirse: la tecnología -a pesar de todos los
avances que promete- peligra la vida de mucha gente porque reemplazará sus
fuentes de trabajo y la reducirá al estatus de irrelevantes. Sus vidas van
perdiendo importancia y significado, y en estas
condiciones muchas veces quedan vulnerados frente a los discursos de los
extremos de la política. Y no es sólo la mano de obra sin destrezas, pronto
tocará a muchos abogados, médicos e ingenieros. La inteligencia artificial y la
robotización vienen en camino. Aquí cito un párrafo del artículo*:
"Ahora, más que nunca, los científicos deben comprometerse
y comunicarse, para que la política no invada a la ciencia. Se asocian los
renacimientos con una batalla de ideas cada vez más intensa. Los científicos
deben participar en esta lucha sobre el desarrollo y la aplicación de sus
conocimientos e invenciones."
*"The second Renaissance" de Ian Goldin. 19 october 2017 | vol 550 | NATURE. No tengo acceso a su dirección electrónica.
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