Es un siglo de divisiones étnicas, religiosas, tribales e
"ideológicas" en todo el mundo. Pongo "ideológicas" entre
comillas porque en realidad la gran división de poder ocurre ahora entre los
gobiernos abiertos y cerrados, es decir entre los que tienen características
democráticas y los totalitarios.
Por sí son divisiones peligrosas, pero en mi
opinión la raíz principal de lo amenazante de estas confrontaciones se
encuentra en la influencia y el poder que tienen los que manufacturan armas en general, y equipos
militares para las policías locales.
Recién se ha ido demostrando como la Asociación Nacional de
Rifles (NRA), el vocero de estos fabricantes, ha sido cómplice en los intentos
rusos de influir a favor de Donald Trump en las pasadas elecciones.
¿Qué ganan estos los fabricantes con Trump como presidente?
1) No habrá límites sobre la venta de armas de guerra a la población civil en
los EE.UU.
2) Trump se encarga de fomentar las divisiones y odios naturales en
el país y por ende estimula la necesidad en ciertos sectores de la población
para adquirir más armas.
3) Al nivel internacional Trump formenta las guerras
existentes y motiva nuevos conflictos armados -por ejemplo al mover la embajada
de su país a Jerusalén-.
Todo esto redunda en el aumentado éxito financiero de
estas compañías.
En este sentido anexo un artículo que refiere a cómo el "...Kremlin empleó el National Rifle
Association como un medio para acercar y asistir al [hijo del] Sr. Trump y su
campaña.” (Cita atribuida a Dianne Feinstein en el artículo que reproduzco a
continuación.
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