sábado, 14 de julio de 2007

Little lizzard / Lagarto



English

I have an evening visitor who quickly climbs the wall behind my computer and normally hides behind a wood-strip window shade. He (she) is definitely a friend, even though he is a little lizard. It all happens very quickly. Tonight, however, he stayed on the shade long enough to be photographed.

There are a number of visitors here. Birds visit a feeder outside the dining room and occasionally come in through a window. Unfortunately sometimes mice get into the cupboard. Since I no longer have any cats, they have to be convinced by my dogs to go elsewhere, and canine hunters are not as good as feline ones for this purpose. Now and then a spider comes in and has to be trapped in a wide-rimed cup to be returned to nature. A sporadic garden snake gets in under the door and has to be removed at the end of a broom.

My family and city friends are scandalized by my closeness to non-human creatures and think I need more homo sapien company. Not that I don’t have contacts with this last species. But I can develop a profound interchange with my dogs, and I know that they communicate with the direction of their glances, their facial expressions, their ear and tail movements and their general posture. Their emotional capacity can only be described as enriching. All animals transmit their feelings. Once I saw a “conversation” where a bird made fun of a cat to the point of making him furious.

Really, there’s not much difference between us and the other creatures on this Earth.

Español

Tengo un visitante que sube la pared detrás de mi computadora y normalmente se esconde detrás de una persiana hecha de tiras de madera. Definitivamente es un amigo, a pesar de su condición de lagarto. Normalmente nuestros encuentros ocurren muy rápidamente, esta noche, sin embargo, quedó sobre la cortina tiempo suficiente para sacarle un retrato.

Hay varios visitantes. Los pájaros visitan un alimentador fuera del comedor y de vez en cuando entran por una ventana abierta. Desafortunadamente ocurre en ocasión que algunos ratoncitos dan una vuelta por el escaparate de la cocina, los perros tienen la responsabilidad de desanimarlos aunque no son tan buenos cazadores como los gatos, y por ahora no tengo mininos. De vez en cuando una araña entra y hay que sacarla colocándole encima una taza ancha para luego devolverle afuera a la naturaleza. Cuando una culebrita de jardín se desliza por debajo de la puerta, es necesario sacarle con una escoba.

Mi familia y mis amigas de la ciudad se horrorizan con mi cercanía con las seres no-humanas y piensan que necesito más compañía entre los homo sapiens. No es que no tengo gente próxima de esta especie, pero sí, me siento bien acompañada de otros organismos. Puedo entrar en profundo intercambio con mis perros, y sé que se comunican por la dirección de sus miradas, las expresiones de sus caras, el movimiento de sus colas y orejas y su postura en general.

Todos los animales transmiten sus sentimientos. Su capacidad emocional nos enriquece a nosotras, las personas. Una vez observé una “conversación” donde un pájaro de burló a un gato al punto de hacerle rabiar.

En el fondo, no hay mucha diferencia entre las criaturas de este mundo.

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