Las migraciones forzadas necesariamente producirán algo muy
similar al racismo en los países que reciben las personas así desplazadas y
esto será tal vez el indicador principal de la vida del siglo XXI. La destrucción
de la democracia, las reacciones violentas a la tiranía y el calentamiento
global obligarán a las personas dejar sus tierras de origen y no habrá un
bienvenido para ellos en ninguna parte. Esto es totalmente predecible; la pregunta es:
¿qué podemos hacer para prevenir estas tragedias?
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