Esta mañana me quedé esperando:
al agua para el café,
al pan en el budare,
y a la salida del sol.
Espero hace tiempo ya
que maduren
dos menudos mangos
que penden de una rama
fuera de mi ventana.
Pregunto: ¿lloverá?
Pregunto: ¿finalmente
y de una vez por todas,
y amén y aleluya,
se acabará
esta oscura dictadura?
A lo mejor llueve esta tarde.
Quizá.
Anoche vi entre las nubes
que la luna ya no acompaña
al Marte, marcial guerrero
astral.
Por todas partes encuentro
los buenos agüeros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario