viernes, 24 de marzo de 2017
de diente de león
Me siento en esta silla
de aluminio frio y
aguardo en el patio,
detenida, esperando.
Como felino quieto
permanezco. Yo acecho
la luna llena, pasajera
e inmoderadamente
perecedera y fugaz.
Intento parar el tiempo,
pero respiro, y oigo
el pulso de mi corazón.
Crecen mis uñas y pelo.
Se desvanece la luna,
resoplada tras las nubes
como pétalos pálidos
de la endeble corola
de diente de león.
(Karen Cronick)
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