viernes, 18 de enero de 2019

El héroe o el estadista: Pérez o Guaidó



El año pasado un aviador/actor llamado Oscar Pérez se alzó como el más reciente salvador que ha propuesto rescatar a la patria, como un Superman que eternamente salva a Metrópolis del crimen organizado. Pero Pérez era un soldado liberador sin un plan de cambio. No había elaborado ningún programa para la recuperación legal, estructural, económica o penal del país, o no lo había hecho público. Su lenguaje era igualmente indeterminado: quería libertad y justicia, dos sustantivos notoriamente vacíos de cualquier contenido preciso. 

Más que esperar los aviones que vendrán como ángeles a rescatar a la población, hay que preguntarnos qué tipo de constitución queremos ahora: ¿Cuánto poder otorgará al presidente? ¿Queremos un sistema parlamentario? ¿Cómo será el sistema electoral? ¿Por cuánto tiempo elegiremos a los diputados?  ¿Cómo será el sistema de justicia? ¿Nos quedaremos con el infausto sistema de cárceles que tenemos actualmente? ¿Qué será la relación entre las fuerzas de orden y el gobierno civil? Y luego vienen las preguntas más cotidianas: ¿Qué vamos a hacer con la basura que producen nuestras ciudades? ¿Qué sistema de transporte necesitamos? ¿Cómo vamos a neutralizar y luego reformar a las bandas de delincuentes?

Pareciera que  no existiesen soluciones negociadas ni nacionales ni internacionales para Venezuela. Los estadistas que requieren la nación han sido defenestrados o yacen en una oscura cárcel. 

Pero de repente, mientras escribo estas líneas, un nuevo abanderado de la democracia se asoma: se llama Juan Gerardo Guaidó Márquez;  es un ingeniero y presidente de la Asamblea Nacional (AN) desde el 5 de enero del 2019. Guaidó, al asumir la presidencia de la AN, asumió también la presidencia interina de la nación en una iniciativa netamente democrática y en oposición a la dictadura de Nicolás Maduro.

Fue la misma Asamblea que Nicolás Maduro desconoció en el 2017 cuando la sustituyó de manera inconstitucional en 1917 con la creación de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) cuyos miembros son todos leales al actual gobierno. La AN ha seguido reuniéndose a pesar del acoso, arresto y asesinato de algunos de sus integrantes y de repente el día 15 de enero de 2019 aprobó un acuerdo en que “se declaró la usurpación de la Presidencia de la República y se definieron las líneas para recuperar el ejercicio legítimo de la presidencia, con base en los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución” (Hernández, 17/1/19). De este modo se declararon viciadas a las últimas elecciones, en las que supuestamente fuera reelegido Maduro, y se proclamó que Guaidó, actual presidente de la AN,  representaría a Venezuela como presidente interino.

Es una iniciativa dramática que propone, además, la celebración de múltiples cabildos abiertos. El cabildo es un recurso que se encuentra en la Construcción del 1999 que dice en su Artículo 70: 

Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, la iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico, las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad. (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999)

De este modo el cabildo abierto queda como un mecanismo de poder popular que efectivamente incluye la capacidad de “la revocatoria del mandato”  y “cuyas decisiones serán de carácter vinculante”. Fue concebido como un recurso a ser empleado en la resolución de problemas locales:

“… debidamente organizado, es una herramienta útil para informar y formar ciudadanía; igualmente, es un espacio que facilita al ciudadano experimentar el valor de las instituciones locales, del diálogo, el debate plural y respetuoso con las autoridades locales; además, es una estrategia política válida para intentar acercar al ciudadano a los asuntos públicos locales y reconstruir lazos de confianza óptimos con las instituciones locales” (Romero, Carlos, 3/7/014).

En el caso actual, Guaidó y los demás miembros de la AN no se proclaman insurrectos, sino inmersos en un proceso autorizado constitucionalmente. No se trata de un nuevo héroe alzado, sino de un estadista que quiere tomar el manto de Rómulo Betancourt y convertir la dictadura actual en una democracia naciente.  

Referencias:

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999

Hernández, José Ignacio (17/1/19). ¿Qué aprobó la Asamblea Nacional? Prodavinci. Disponible en: https://prodavinci.com/que-aprobo-la-asamblea-nacional/?fbclid=IwAR2nie7JzXpc30OVBBASaryVcFWaQaGhdlSTm2vjFvj8avYcb93Y2ELYZh4

Romero, Carlos (3/7/014). El Cabildo Abiero. Revista del CEPYG, Universidad Católica Andrés Bello. Disponible en: https://politikaucab.net/2014/07/03/el-cabildo-abierto/
 
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