domingo, 4 de octubre de 2009

Gestos colectivos y la disidencia



                                                              (Fuente, foto de marcha, 03/10/09


Primero, quisiera (tardía-mente) celebrar la iniciativa de los estu-diantes venezolanos quienes con su huelga de hambre, marchas y otras acciones, han logrado la libertad de Julio Rivas, y siguen trabajando de otras maneras a favor de los demás presos políticos.

El uso que dieron a una huelga de hambre con múltiples participantes frente a una sede internacional, me parece un modelo que podría usarse no sólo aquí, sino en sendos escenarios. Fue un gesto atrevido, arrojado, creativo, pacífico y sobre todo, efectivo.

Estos muchachos me han conmovido. No debe haber gente encarcelada por criticar el poder, nunca, en ningún lugar. Del mismo modo personas que han abusado del poder o han apoderado ilegalmente de recursos que les hayan confiado deben confrontar las sanciones legales apropiadas en cada caso.

No es lo mismo encarcelar a Julio Rivas como intentar castigar a Pedro Carmona. El primero hizo uso de un derecho sagrado que todas las democracias deben proteger y aún cultivar. El segundo intentó quebrar el proceso democrático.

Y para extender la reflexión: no es lo mismo: a) debilitar, quebrar y poner en tela de juicio a una institución tan básica, tan duramente conquistada para la humanidad como es la democracia –como hizo Carmona y otros golpistas de la historia- que b) practicar la desobediencia civil.

La línea que separa estos modos de hacer política es intuitiva pero la mayoría de las personas pueden reconocer la diferencia en eventos particulares. Por ejemplo, es ilegal participar en un golpe de estado, escamotear recursos públicos, violar los derechos humanos y en general desconocer la ley. Por otro lado hacer un acto notorio e ilegal que no hace daño a terceras personas con el objetivo de obtener un bien público al cual uno tiene el derecho para el beneficio propio o para otras personas puede constituir un acto de desobediencia civil. Como un ejemplo de esto podemos señalar a los estudiantes que se desnudaron en la marcha ayer para llamar la atención de la prensa.

Fuente de la foto de Gandhi

Hay grandes héroes de la historia que han quebrado las leyes en nombre de un bien mayor: Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela y las Madres de la Plaza de Mayo están entre los más conocidos, pero también podemos mencionar a Henry David Thoreau quien inventó el término en el Siglo XIX, Mordejái Vanunu de Israel, la Alianza de Mujeres Viequenes de Puerto Rico, Cesar Chávez de los “United Farm Workers” en los Estado Unidos y el movimiento “Yo No” de Cuba.

Esto me trae a una corta reflexión final sobre la disidencia: puede ser una fuente de malestar colectivo cuando los gobernantes o los demás participantes en un proyecto social desean lograr alguna meta ya trazada por ellos. Pero protestar y disidir deberían ser objetivos de la democracia y facilitación comunitaria porque es una fuente potencial de enriquecimiento y potenciación para cualquier agrupación. La disidencia debe cultivarse como un bien común, como un tesoro público.

No tenemos que comulgar necesariamente con los disidentes, pero hay que respetarlos. Como dijo Voltaire: Estoy en desacuerdo con todo lo que Ud. dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho de afirmarlo”.

Fuente de la caricatura de Weil
 
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