sábado, 29 de noviembre de 2014

Mundos de vida y la ciencia / World views and science


Nota previa: no quiero que nade me entienda mal. Escribí esto sobre las reflexiones que deben haber entre las diferentes maneras de entender al mundo, es decir la ciencia junta a otras perspectivas. Sin embargo no apruebo de ninguna manera los intentos oficialistas de reducir al IVIC y a los otros lugares de indagación académica a fogatas donde dialogan los chamanes. (K.C.)

Español:

Esta noche mi hija y yo conversamos acerca de la ciencia; por un lado estaba mi posición: las diferentes visiones del mundo que existen como rivales para nuestra atención deben ser discutidas, contrastadas y consideradas; ella tuvo la opinión que hace falta aprender el método científico y emplearlo para entender la realidad. Para mí fue un problema del acercamiento de la ciencia a la gente que no es por profesión "científica", no como el portador de todas las verdades, sino como un representante de una manera específica de dudar, cuestionar, proponer y comprobar explicaciones alternativas de pensar.

Por ejemplo, con respecto al cambio climático, la ciencia ha requerido décadas para recolectar suficiente información para proponer que, sí, efectivamente, la temperatura promedio del planeta sube. Y ha sido sobre todo la presión de ambientalistas no-científicos que ha empujado a la ciencia para ir al ártico, a las glaciares y otros lugares para hacer las averiguaciones cuyos resultados ahora son evidentes.

Aun así, con evidencia en mano, hay gente que "no quiere creer", como si se tratara de elegir un dogma. Esto es otro problema que tiene que ver con comunicaciones que se mueven desde la ciencia hacia la calle: creencias son sistemas de "conocimientos" que no admiten dudas y nueva información. En este segundo caso se confrontan maneras de pensar, y hay personas que nunca se ha permitido cotejar nuevas maneras de ver al mundo con un método que a fin de cuentas es libertador. Allí hay una urgente necesidad de educar, no tanto en los resultados de la ciencia, sino en cómo ella funciona.

Es lo mismo con profesiones cuasi-científicas como la medicina y la psiquiatría: sólo recién se ha reclasificado ciertas condiciones psico-biológicas como las diferentes tendencias sexuales; ya no son considerados trastornos a curar y tratar, sino alternativas vitales que se encuentran legítimamente en la población humana. La motivación para este cambio ha sido la presión "de la calle", y los científicos de la salud sólo respondieron después.

Cuando mi hija y su familia se fueron me senté delante del canal de la BBC a ver la historia de Abdul Ahad Momand, el primer astronauta afgano. Las dos experiencias se formaban para mí en una sola reflexión: este personaje era (es) un pashtún, es decir, pertenece a la etnia dominante del país; es un grupo que ha producido poetas, autores, políticos, la mayor porción del élite militar del país y también, (y contradictoriamente) dos grupos violentos y fundamentalistas: por un lado tenemos los muyahidin, que lucharon contra los soviéticos en los años 1980, y por otro, los talibanes que lucharon contra los EE.UU. en la década de 1990. En otras palabras Abdul nació en un grupo socio/étnico donde todo era posible.

Me gustaría centrarme por un momento en la historia de Abdul Ahad Momand y sus motivos para ser astronauta. En el programa de la BBC habló de cómo, cuando era un niño, vivía en una zonas rural de Afganistán, y cómo allí las estrellas brillaban sin la contaminación de la ciudad . No pensaba entonces subir a un cohete y entrar en el espacio; más bien, viendo los aviones militares que surcaban los cielos por encima de su cabeza, soñaba con ser piloto. En otras palabras, él no pensó en la ciencia del espacio, más bien se imaginaba el poder y la aventura de pilotar uno de estos grandes objetos plateados. Luego se trasladó a Kabul, estudió en la Universidad Politécnica, y finalmente pasó a servir en la fuerza aérea afgana. Más tarde fue elegido por los rusos para entrenarse en la Unión Soviética como piloto y un astronauta profesional.

Mi pregunta está en línea con la discusión que tuve antes con mi hija: ¿cómo pudo un chiquillo así lograr la transición desde un niño encantado por los grandes pájaros metálicos, a convertirse en un científico altamente capacitado y técnico? La biografía de la BBC no se ocupa de esto, pero es interesante que allá arriba en el espacio este hombre reflexionara sobre todo en la belleza y la unidad de la vida en la Tierra y que deseara la paz para su país. En otras palabras, además de pensar en cosas como los cohetes que deberían arrancar (pero tal vez no funcionarían), la física de la salida y del regreso al planeta, y las otras cosas que requería su oficio en aquellos momentos, especulaba sobre asuntos éticos y estéticos.

Algunas de las diferentes formas en que explicamos al mundo provienen del alto Paleolítico y otras son dilucidaciones cosmológicas del fin del Siglo XX (por ejemplo, ¿nos originamos con Adán y Eva o como un efecto de evolución que comenzó con el Big Bang?). Hay también zonas conflictivas del mismo razonamiento científico donde nuestros representantes en la ciencia tienen que decidir, por ejemplo entre el Big Bang Theory o la de los multiversos.

Para resolver estas diferencias hay que considerar: a) qué información existe para juzgarlos, b ) las coherencias de las explicaciones  y c) el grado en que se integran en las mega- descripciones como intenta hacer la ciencia. Algunas de estas tareas tocan sólo a la ciencia. Pero aun los aledaños podemos tener intuiciones. Por ejemplo: los técnicos tienen que decidir cómo llegar a Marte, pero nosotros podemos preguntarnos si realmente queremos un viaje así sin regreso. Es decir, ¿cuáles son los méritos de habitar otro planeta? ¿No sería mejor entender nuestros propios mares con sus corrientes,  variantes y habitantes?



English:

Tonight my daughter and I talked about science and world views. I felt that the different ways of looking at things should be discussed, contrasted, and considered; she on the other hand was of the opinion that it is truly a scandal that science and its methods are not understood and accepted by more people.

For example, thinking about climate change, science has required decades to collect enough information to declare that, yes, it is true that the planet's median temperature  is rising. But the motivation to study this came from environmentalists that have pushed science to go to the artic, the glaciers and other places to study the problem and produce results that now are evident. Even so, there are people who "don't want to believe" them. That's another problem that has to do with communications that go in the other direction: belief systems that do not allow for doubt and new information. In this second case we are dealing with  people who have never allowed themselves to challenge their thinking and free themselves to decide on the basis of evidence.

When my daughter and her family left I sat down in front of the BBC to watch the story of Abdul Ahad Momand, the first Afghan astronaut. The two experiences fit perfectly together: I learned that he was (is) a Pashtun, that is, he is from the dominant ethnicity of the country, a group that has produced poets, authors, politicians, much of the military elite and, also and contradictorily,  that from this group rose the fundamentalist mujahideen groups that fought the Soviets in the 1980s and later the Taliban that fought the U.S. in the 1990s. That means that a child from this origen has many contrasting posibilities.

I would like to concentrate for a moment on Abdul Ahad Momand’s history and his motives for becoming an astronaut. In the BBC program he talked about how as a boy he lived in rural Afghanistan and how the stars were beautifully uncontaminated by city lights. He didn’t think then about climbing into a rocket and going into space; rather, watching the military planes zooming overhead he dreamed about becoming a pilot. In other words, he didn’t think about science or space, instead he imagined the power and the adventure of piloting one of those big, silver things he saw flying overhead in the sky. As a young man he moved to Kabul, and finally studied in the Polytechnic University there, and went on to serve in the Afghan air force. Later he was chosen by the Russians to train in the Soviet Union as a pilot and a professional astronaut.

My question is in line with the discussion I had earlier with my daughter: how did he transition from a small boy, enchanted by the big shining birds that flew noisily above his rural countryside, to a highly trained scientist and technician?  The BBC biography didn’t deal with this, but it is interesting that up there in space he reports reflecting mostly on the beauty and the unity of life on Earth and his desires for peace in his country. In other words, in addition to thinking about things like rockets that should  (but might not) fire, the physics of leaving and returning to the planet, and the other things his trade required of him, he reflected on ethics and esthetics.

The different ways people explain the world embrace everything from high-Paleolithic to cosmological explanations (for example, Adam and Eve or the Big Bang Theory); they involve, too, conflicting areas of scientific reasoning (for example the Big Bang Theory or the possibility of multiverses). These problems can only be resolved by considering: a) what information is available for judging them, b) how coherent the individual explanations are, and c) the degree to which they are integrated into mega-descriptions –as, in general, science attempts to achieve.

Some of these activities have mostly to do with science. But even us small-time villagers can have valid intuitions. For example, the technicians have to decide how to get to Mars, but we can ask if we really want to go there.

 
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