uando se vive penurias y represión se olvida de la historia.
Los de la Oposición en Venezuela a veces pensamos que el chavismo nació como hicieron los dioses de la antigüedad, sin padre y a veces inclusive sin madre, pero no es así: quienes tenemos edad para usar la memoria recordamos de los excesos de Jaime Lusinchi, de la suntuosa “coronación” de Carlos Andrés Pérez en el medio de políticas de escasez, de los gases lacrimógenos que Antonio Ledezma lanzó a los buhoneros ciegos en el centro de Caracas y sobre todo del Caracazo. Personalmente recuerdo haber marchado muchas veces en muy variadas protestas.
Digo todo esto porque es necesario superar el rencor y la demonización del Otro si queremos evitar convertirnos en otra Siria. El pobre Nicolás Maduro está preso de sus odios y pregunto yo: ¿Queremos hablar, pensar y sentir como él? ¿Queremos ver la sombra de aquel bigote cuando nos veamos en el espejo??
Estoy de acuerdo que lo que tenemos ahora es intolerable: es el resentimiento encarnado en hampa, policías criminales y corrupción. Es la censura. Es un sistema penal inhumano e inútil. Es la tortura de la disidencia. Es la ignorancia en las sillas del mando. Es el hambre, la falta de medicinas y la carencia de atención médica.
Pero si queremos otra cosa, hay que pensar muy bien qué será: no es un retorno a lo que hubo.
Referencia:
Letra ornata: http://retrokat.com/medieval/leil.htm
viernes, 14 de febrero de 2014
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