sábado, 30 de diciembre de 2017

El tiempo del día


La mañana está tan tranquila, 
neblina espesa, mirandina.
Los pájaros no vienen ni cantan,
ni ladra un perro.

Amecho el candil de kerosén.
Estos días entre fiestas son
como las agujas de un reloj
sin cuerda, quietas.

Y sin embargo hallan la hora
dos inevitables veces al día:
el siempre perene retorno de
vitalidades ocultas.

                           -Karen Cronick

domingo, 10 de diciembre de 2017

Depresión y la política



Hoy, día de los comicios municipales en Venezuela, la gente alrededor mío está deprimida. Yo también lo estoy. Aquí quiero pensar sobre qué produce este malestar y después en qué podemos hacer al respecto.

Primero, sabemos que una combinación de abstención electoral y las maniobras inevitables del gobierno van a determinar los resultados de los eventos de hoy. Es decir, ya sabemos que no ganaremos nada en estas jornadas.  Se trata de un espiral hacia abajo: mientras más desaliento haya, más abstención habrá. Mientras más abstención, menos posibilidades de ganar -aunque sea una sola alcaldía-.

Segundo, la depresión que sufre los demás nos contagia. Todo el mundo anda de mal humor, todos buscan pretextos para pelear, y se aíslan. Entonces nuestro propio desanimo aumenta, y nosotros nos portamos igual, ignorando los pequeños gestos que alegran la vida, como un “buenos días” por la mañana, y un “muchas gracias” después de una amabilidad del otro.

Tercero, la situación económica ya nos constriñe a punto de desesperación, y entrevemos penurias aún más grandes en el futuro próximo. El costo de un cartón de huevos supera la mayoría de las quincenas, y las pequeñas alegrías de antes, como salir con amigos a comer pasteles dulces y tomar un cafecito, ya nos están prohibidas. La inseguridad, que es motivo de angustia legítima, se magnifica en nuestras fantasías, y la inquietud se convierta en susto y zozobra. 

¿Qué hacer? El deterioro en calidad de nuestras vidas inevitablemente irá aumentándose en los próximos meses, pero podemos batallar con la depresión. Sugiero aquí algunas estrategias para esto:

1. Ayudar a alguien más. La depresión implica estar encerrado dentro de los  propios sentimientos negativos. Al mirar a la situación de otras personas, se rompe el cerco de la autocompasión. 
2. Salir a caminar. La depresión conduce a la pasividad y la suspensión del impulso vital; en cambio el ejercicio promueve la vida y el movimiento. Al principio el cuerpo resiste moverse, pero con el tiempo comienza a sentir placer en la moción. Es la vieja contradicción entre Tánatos y Eros, y si le damos una oportunidad a Eros, él ganará. 
3. Escuchar música. O mejor tocarla o cantar. Aún la música triste nos eleva el espíritu. Por esto la gente va a las presentaciones de la opera trágica porque ella convierta la infelicidad en belleza.
4. Mirar cosas bellas. Están por allí: los caraqueños tenemos el Ávila frente a nuestros ojos todos los días. Las ciudades tienen flores, en las noches el cielo tiene una luna deslumbrante. 
5. Mantén un orden y una limpieza básica en la casa: No hay nada peor que la acumulación de platos y ropa sucios. 

La depresión te va a decir: -“¡Qué fastidio caminar, o apreciar la hermosura de las cosas o lavar la vajilla, si la vida es un tedio!”- porque la neurosis siempre se proteja a sí misma. Es como un espectro maligno enrollado justo debajo del corazón: hay que desoírlo, desobedecerlo y desalojarlo.  

domingo, 3 de diciembre de 2017

Corrupción y confianza



 En Venezuela resistir día a día a la corrupción es el acto político más transcendental que podemos hacer ahora. Como en una película de los muertos vivientes, ella va arrastrándose, entrando en los negocios, hogares, en las amistades e incluso en los espíritus de los ciudadanos. Casi no hay un empleado público que no haya sido infectado con su veneno. 

En el Ejército, la Guardia y las policías las personas todavía sanas son escasísimas. No seguiré enumerando los lugares donde se concentra esta contaminación; más bien hablaré de cómo está descomponiendo tanto contagiados como víctimas.  

Ella va mano a mano con la burla de toda restricción legal. Siempre en Venezuela ha habido una actitud más bien relajada con respecto al acatamiento de las normas formales, pero ahora nos encontramos con la mofa abierta. Con una indiferencia tan extendida, recuperar algún día un sistema de respeto y concordia va a ser muy difícil. 

Las víctimas de la corrupción pierden. Son despojados de dinero, bienes, bienestar, confianza en sus propias habilidades y la misma capacidad de luchar contra estas pérdidas. Al nivel colectivo pierden la soberanía de decidir y actuar como ciudadanos. 

Terminan aceptando que les engañan, mientan y desilusionan; terminamos todos aceptándola tal como tenemos que soportar el mal tiempo y la mala suerte. Ojala no volvamos a su expresión más cruel, criminal y degradante, como en Libia donde la esclavitud reaparece completa con bloques de subasta como en el Siglo IXX.

El corrupto también pierde. Es obvio que obtiene dinero -por regla general mejora ampliamente su situación económica; pero también sufre pérdidas: necesariamente tiene que menospreciar a sus víctimas. ¿No fue Ringling –él de los circos-  refiriéndose al público que asistía a sus espectáculos, que “cada minuto nace un nuevo tonto”?  Esta pérdida no es trivial, porque cambia cómo se relaciona con los demás. El corrupto no puede confiar en nadie. Además, cuando sus actividades sean ilegales siempre queda el miedo de un juicio y una subsecuente encarcelación.

Esta misma condición produce un fenómeno interesante y hasta conmovedor. Algunos comerciantes, con sus puntos de venta y posibilidades de negocio paralizadas, confían en sus clientes y aceptan que  se les paguen por transferencias después, desde sus casas. Lo hacen sabiendo que estas transferencias pueden demorar días debido a la falta de la señal de Internet. El otro día en el banco una mujer me pidió que le ayudara con el dinero que recién sacó del telecajero, porque su cartera era pesada y llena de cosas. Lo hizo sin conocerme. Los que se evalúan mutuamente como "confiables" –por medio de una mirada rápida de comprensión social- comienzan a formar cofradías de protección, compañerismo y cordialidad.

sábado, 2 de diciembre de 2017

EcoPráctica con Fernando Jáuregui



Como parte de los seminarios sobre “Soluciones Posibles”, el pasado miércoles 29 de noviembre, el productor de videos y activista ambiental Fernando Jáuregui nos presentó su filosofía sobre cómo lograr cambios provechosos y al mismo tiempo preservar la naturaleza. Él trabaja con su hija y algunos colaboradores, y con gran esfuerzo pero con pocos recursos lucha a favor de un ambiente natural saludable. 
Nos recordó en el inicio de su intervención que 80% del agua en Venezuela proviene de los parques nacionales; bebemos este líquido, y con él cocinamos, nos bañamos, limpiamos la casa, se riegan las plantas y las legumbres que compramos -y luego comemos-, damos a beber a los animales que nos proveen de carne y muchos productos más y -en general- sobrevivimos. Pero, del mismo modo puntualizó que la minería se realiza en los mismos parques nacionales, y con esta operación de extracción contaminamos -e inclusive acabamos con- las fuentes de agua que precisamos para subsistir. 
Desde hace años Fernando ha venido despertando conciencias por medio de su ONG “EcoPráctica”; produce videos y micros cortos que presenta por la televisión. 
Ha tenido algunos éxitos importantes de convencimiento y cambio ambiental. Nos contó de una ocasión que tiene que ver con la producción y consumo de electricidad al nivel nacional: hace algunos años era una política del gobierno importar bombillos de larga duración con el fin de reducir el consumo doméstico de esta fuente de energía. El problema era que estos bombillos eran altamente contaminantes debido al mercurio que se emplea en su fabricación. Al botarlos a la basura municipal, aquel mercurio añade material venenoso a los residuos que ya por sí son terriblemente amenazadores para el ambiente. En respuesta EcoPráctica comenzó a anunciar en sus programas que se podría entregar los bombillos usados en las oficinas de la compañía Corpoelec para su reciclaje y descontaminación. La entidad no tenía un programa de este carácter, y al comenzar a recibir aquellos objetos de parte de miles de ciudadanos tuvieron que hacer algo al respecto. Un poco después el ministro -y gerente de Corpoelec- anunció que no hacía falta entregar más bombillos porque no los iban a importar más –y especificó que la razón era la contaminación que causaban-. Desde entonces los bombillos que importa el Gobierno son del tipo LED que no contienen mercurio. 
En otro relato contó cómo se salvó a un gigantesco árbol en los terrenos del Edificio Sans Sucí en el Este de Caracas que algunos vecinos querían talar. Empleó un dron para tomar imágenes desde el aire de la ancha fronda que brota de los ramos superiores, y así pudo demostrar el bello alcance del espacio verde que provee. Como resultado los vecinos comenzaron a apreciar el beneficio que representa. Para controlar los posibles inconvenientes que significaría la extensión de sus raíces,  llegaron a un acuerdo sobre cómo vigilar su crecimiento fuera de la zona en que está sembrado.
Los relatos que nos contó Fernando son fascinantes, pero aún más interesantes eran sus reflexiones sobre las estrategias que un ONG puede usar para lograr sus metas. 
1. Puntualizó que toda actividad en pro de la convivencia y la paz es de carácter político. Dijo, sin embargo, que no hace falta siempre actuar dentro de, o desde de un partido o grupo definido de intereses. Se puede evidenciar los problemas sociales que requieren atención –como en el caso de los bombillos- sin rotular a los culpables por nombre y sin emplear insultos. Es suficiente describir el problema públicamente y de manera concisa, y crear las condiciones que impulsarían a los gobiernos o a los responsables a intervenir. 
2. En general hay que evitar los insultos y comentarios personales.
3. Es mejor definir el problema de la manera más delimitada posible. Puede tratarse, como hemos venido relatando, de la entrega de un bombillo o del rescate de un árbol. Pero EcoPráctica evita largas exposiciones teóricas sobre el contorno natural. 
4. Fernando digitaliza mucha de su actividad a favor del ambiente por medio de Tweeter. Delimita sus mensajes para que los receptores sean individuos y no grupos. Aprovecha los horarios en que hay bastante público y en que se puede transmitir micros. Emplea siempre el logotipo de EcoPráctica con sus colores de costumbre. Repite los mensajes con frecuencia. Además, empleando el logo de su ONG, y re-tweetea mensajes afines que son escritos por otros grupos que trabajan a favor de la comunidad. De este modo el logotipo llega a ser reconocido por una audiencia mayor. 
5. Hace uso de gráficos.
6. Su logotipo es sencillo y es reconocido inmediatamente por mucha gente.
7. Los temas también son sencillos, y EcoPráctica los transmite uno a la vez. Normalmente pide una acción concreta de los recipientes de sus mensajes.
En la próxima sesión, el miércoles 10 de diciembre, están invitadas cuatro docentes e investigadoras del Instituto de Psicología de la Universidad Central de Venezuela: Cristina Otólora, Leonor Mora, Nadya Ramdjan y Mireya Lozada. Las primeras tres hablarán de sus experiencias en la educación y en la ayuda psicológica con relación a los refugios que se establecieron para los damnificados a partir de las inundaciones y deslaves de los últimos años. La Dra. Lozada hablará de los procesos de negociación y mediación en que ha participado. 

 
Locations of visitors to this page