miércoles, 14 de septiembre de 2011

El zoo de Cristal

Fuente de la foto de Tenneessee Williams
Vi anoche en el canal Film and Arts la vieja película. “El Zoo de Cristal” escrito por Tennessee Williams. Es una obra que nos sigue afectando tal como hizo cuando Williams lo escribió, por lo menos a mi me restregó en todas mis neurosis. Todos los personajes tienen algo que perturba como un finísimo polvo que cuela lentamente por todas las hendiduras.
Claro, por mi edad ahora pude entender mejor al personaje de la mamá Amanda. Cuando leí la obra hace muchísimos años la rechacé de plano por ser una mujer dominante y egoísta, pero yo también era joven y simpaticé con los deseos de libertad de uno de sus hijos y me afligí frente a la sumisión de la otra. Ahora entiendo más a Amanda: me parece encorvada emocionalmente por sus desesperaciones: la impotencia frente la pobreza de su familia –son los años de la Gran Depresión- y el miedo que siente por el porvenir de su hija Laura que se ha retirada a un mundo debilitante de fantasías y angustias.  Puedo inclusive entender la huida de Amanda hace los esplendores de su adolescencia cuando era tan codiciada por los jóvenes que le cortejaban según el estilo señorial de la vieja Georgia del sur de los Estados Unidos. Y después está Tom, su hijo que ha quedado atrapado por estas dos mujeres porque es él que los mantiene.
Me gustó la lentitud de la película, es casi una obra presentada en vivo en un teatro. El cine moderno es mucho más rápido. Hoy en día la cámara cambia de posición constantemente y la actuación de los personajes se ha reducido por poco a un collage de emociones fuertes en vez de la paulatina evolución de sentimientos que hay en algunos filmes viejos. Todo ocurre en los espacios apretados de la sala-comedor de los personajes, con ocasionales tomas del vía de escape de incendios fuera de la ventana, y esto aumenta su ambiente teatral. Además comprime el espacio vital de los espectadores que, como los protagonistas, no tenemos escape de la tragedia que presenciamos.  
La película que vi anoche fue dirigida por Paul Newman, con Joanne Woodward en el papel de la madre, Amanda. Karen Allen interpreta la hija Laura; John Malkovich es el hijo Tom y James Naughton es el caballero invitado.
 
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