lunes, 8 de junio de 2009

Tuberculosis: El retorno del reprimido



                                                               Fuente del retrato de Rumsfeld



El "retorno de lo reprimido" es un término freudiano, pero me parece muy apropiado para describir como nuestra falta de compasión y sensibilidad vuelve a manifestarse frente a nuestras miradas convertida en un fantasma nefasto.

En esta entrega mencionaré dos lugares lejanos como un ejemplo de esto: las cárceles siniestras de la Rusia y los barrios pobres (faveles) de Perú.

Tanto en las cárceles de la Rusia como en los lugares pobres de Perú existen condiciones de hacinamiento, pobre alimentación y pésimas condiciones sanitarias: esto no es una sorpresa para ningún lector porque lo sabemos y casi lo aceptamos como algo que ocurre. Como dijo Donald Rumsfeld con su inefable sensibilidad y elocuencia: “shit happens” (la mierda sucede). Uso su retrato para ilustrar en esta entrega un modelo de despreocupación olímpica con el Otro.

Por casualidad en estos dos extremos de la Tierra han surgido formas incurables y altamente contagiosas de la tuberculosis. Además de la tragedia de la enfermedad y muerte de los individuos involucrados, estos lugares constituyen, en nuestro mundo globalizado, incubadoras planetarias para la transmisión de la infección a todos y todas los demás. Los presos eventualmente salen a la calle, traspasen su mal a algunos de sus familiares, amigos y conocidos quienes a su vez lo pasan en forma geométrica a otros. Algunos en esta cadena de difusión suben a aviones y viajen, con las consecuencias que todos sabemos. Lo mismo pasa con los habitantes de las zonas pobres de Perú.

No vamos a imaginar que sólo Rusia y Perú transmiten lo reprimido: las cárceles y los barrios venezolanos también son criaderos, tanto de infecciones como de expresiones siempre más exageradas de crimen y otras formas de violencia social.

Podríamos haber evitado todo esto si las condiciones en que viven estas personas fueron más saludables.

Es importante darnos cuenta que casi todo lo que pasa con los demás tarde o temprano nos afectará, y si esto que les ocurre es bueno, entonces nuestras propias existencias también serán mejores.
 
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