lunes, 6 de julio de 2009

Viaje a Guatemala 2



Esta es una continuación de mi diario guatemalteco.

29/6

Ceremonia maya


Hoy las presen-taciones del Congreso Inter-ameri-cano comen-zaron. El primer acto era una ceremonia maya donde tres mujeres sacerdotes crearon una fogata con muchas sustancias aromáticas distintas, unas puestas encima de otras.



Explicaban el significado de sus instru-mentos, flores, hierbas y demás objetos y describieron el sentido de los colores y olores: rosas rojas simbolizan la sangre, el pino es para purificar, se ponen las velas blancas por la pureza, el pelo de los ancianos y la luz. Incluían chocolate por la tierra, el romero por la vida y así sucesivamente. El negro significa la muerte, la noche, lo oscuro de la vida y la separación. El fuego es la energía.





La universidad




La Univer-sidad del Valle es privada y allí asiste una clase acomo-dada de estu-diantes. No conocí la de San Carlos que es la universidad del Estado. La de Del Valle es bonita, además emplean diseños arquitectónicos en los edificios que se basan en ideas antiguas que promuevan la circulación de la brisa y que no requieren aire acondicionado.




Algunas reflexiones profesionales

Por lo demás nos inscribimos en el congreso y asistimos a varias excelentes sesiones. Mencionaré sólo unas cuantas presentaciones.

La doctora Bader Sawaia no pudo venir, pero alguien leyó su ponencia. Pedí una copia que no me ha llegado por Internet todavía, pero habló, desde las posturas de la filosofía monista de Espinoza y la dialéctica de Marx sobre la estética y la felicidad como las únicas bases válidas para lograr cambios políticos productivos (desde abajo). Es necesario asignar a la alegría de vivir un papel importante en la creación de la libertad humana. Dice que la búsqueda de la felicidad es entonces un acto libertario, y la belleza existe como un antídoto a la sumisión. Propone que no se puede destruir al tirano sino a las relaciones que lo sustentan: por esto quienes lo apoyan canjean su felicidad por un falso sentido de seguridad: la alienación puede ser deseado, y esto es algo que hemos visto tantas veces en quienes siguen lealmente (ciegamente) a un líder.

Saqué estas reflexiones de mis notas que tomé rápidamente mientras hablaba la persona que representó a Bader.

He visto el poder de la estética en acción: el programa para las personas en situación de calle asociado con la Alcaldía de Chacao en Caracas inspira a quienes están en vías de recuperación en parte debido a la limpieza y lo agradable del mismo centro donde son recibidos para las etapas iniciales. Por otro lado y en contraste, el desorden que se encuentra a veces en "La Carpa", un centro de recepción para la misma población administrado por el gobierno central a veces les desalienta.

En el avión de regreso conocí a una profesora brasilera que habló del maravilloso efecto de un programa de bailet clásico sobre niñas desaventajadas en una favela donde ella trabaja. No hay nada más seductora ni formadora como participar en la creación de belleza.

Pero la convivencia estética tiene que ser íntima; las grandes obras impersonales no tienen el mismo efecto. De hecho la estética totalitaria es impermeable, distante, heroica y gris.

Es interesante como la vanguardia de la psicología regresa a sus raíces filosóficas. En las sesiones donde asistí, vi pocas tablas con análisis estadísticos en láminas PowerPoint; más bien encontré un deseo de repensar el tradicional énfasis individual de nuestra disciplina, una búsqueda para encontrar los límites de la responsabilidad profesional y un nuevo compromiso con maneras de introducir cambios sociales profundos.

Luego el Dr. Prilleltensky tomó una posición radicalmente opuesta: para que haya cambio social hay que cambiar primero las estructuras. Yo pensé que normalmente, y casi por definición, los agentes de cambio carecen de poder. Entonces no tienen la posibilidad de gestionar las innovaciones estructurales deseadas; antes, cuando había aquella fantasía que las dictaduras del proletariado iban a convertirse por obra de la necesidad histórica en sistemas abiertos de generosidad, amor, participación y bienestar, se podía pensar en el cambio de estructuras como el primer paso.

Pero somos más sabios hoy en día. Luego de la ponencia del Dr. Prilleltensky, tuve también una reflexión asombrosa: esto de los cambios estructurales va a ocurrir inicialmente en el primer mundo; por medio de las elecciones en los Estados Unidos se pudo elegir a Barak Obama y ahora se habla del cuidado universal de la salud, la eliminación de las armas atómicas y la posibilidad de limar diferencias por medio de la negociación. (Claro, las guerras en Irak y Afganistán siguen tal cual….)

En América Latina, después del ascenso de líderes nuevos como ha ocurrido en Venezuela, uno pensaría que se podría lograr cambios estructurales, pero en la práctica es un simulacro de innovación. Hay poca coherencia interna en los programas para atender a los ciudadanos, y éstos no controlan el proceso. La política interviene en muchas ocasiones: los ministros y funcionarios se sustituyan varias veces al año y hay una burocracia sofocante. Las misiones se organizan, no como instituciones semi-autónomas, sino como organismos que dependen directamente de la discrecionalidad de la presidencia.

También escuché al Dr. Fernando González Rey que nunca decepciona.

El Dr. Juan Ignacio Aragonés describió como las personas no identifican con los problemas ambientales en sus contornos inmediatos, sino que tienden a repetir lo que escuchan en los medios masivos de comunicación. Por esto perciben una gran distancia entre su propio bienestar y la necesidad de participar en el cuidado de como consumen y producen.

Todas estas reflexiones pueden parecer obvias, pero son importantes para quienes hacemos intervenciones psicosociales. Los que promovemos participación comunitaria tenemos que pensar bien en cómo lograr esta meta: ¿hay que comenzar desde abajo o desde arriba? Me acuerdo de los trabajos de Juvenal Ravelo en Venezuela donde modificaciones estéticas al nivel ambiental eran primordiales para reducir la taza de crimen, maantener los muchachos en la escuela y en motivar los vecinos en el logro de otras reivindicaciones.

Una reflexión final sobre los temas discutidos en el Congreso: hubo una película dirigida por Marian Galton llamada “Terror”. En ella se relató el proceso por el cual la Asociación Americana de Psicología (APA) adoptó el año pasado un acuerdo ético que prohíbe a sus miembros participar en interrogaciones policiales o militares donde se emplea la tortura. Se incluye también una larga lista de métodos de interrogación que los psicólogos no pueden ni supervisar ni asesorar so pena de perder sus licencias profesionales. Creo que las asociaciones latinos deben adoptar limitaciones similares.

La violencia



Unos pensa-mientos finales sobre la Ciudad de Guatemala. Es un lugar encerrado y protegido de una violencia latente. Me dijeron que algunos alumnos llegan a la universidad con guardaespaldas. Se ven altos muros frente a las casas y edificios y encima de ellos han ubicado alambre cortante. Los muchachos que manejan motos fueron obligados a usar túnicas que lucen el número de placa de sus vehículos porque muchos de ellos eran sicarios. Estas fotos, tomadas desde un taxi en un día de lluvia demuestran estos uniformes de identificación.


Claro, en Caracas también se respira el miedo y la inseguridad urbana. Pero en Guatemala es necesario concluir que se trata, por lo menos en parte, de una herencia todavía activa de angustia y agresión que ha quedado de los años de violencia.

Traje libros que todavía no he leído sobre la impunidad de los militares y políticos que sigue vigente como una preocupación en el país. Un libro, una traducción de la primera versión en sueco de Pierre Frühling se llama “Violencia, corrupción judicial y democracias frágiles, Reflexiones sobre la situación actual en Centroamérica” (2008, F&G Ediciones): creo que la autenticidad de las preocupaciones reflejadas por este título es evidente después de los lamentables sucesos la semana pasada en Honduras.

Una traducción del inglés de “Guatemala: Del genocidio al feminicidio” de la autora Victoria Sanford (2008, F&G Editores) demuestra otra inquietud: en ella se afirma que existe una relación entre el aumento de cifras de asesinatos de mujeres y la experiencia del genocidio cometido en el país en la segunda mitad del siglo XX.

Para evitar estos desenlaces haría falta un programa masivo de reflexión y justicia legal, y no hay la voluntad política para hacer esto por ahora.

Otras imágenes de la ciudad:

Aquí hay unas esculturas entretenidas que se ven en plena calle y cuyo tamaño es dos veces lo de un torro verdadero.








Mañana hablaré del paseo a la ciudad de Antigua.
 
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