jueves, 12 de marzo de 2015

No van a invadir

Otra cosa que quiero decir hoy: es imposible; los EE.UU. no va a invadir Venezuela.

Están tan ocupados en el Medio Oriente y en Ucrania que no tienen ni los recursos, ni el interés en algo así. Me han dicho que van a llegar desde Colombia en unos aviones Tulcanos para bombardear Miraflores. Son pequeños aviones de bajo vuelo: ¿cómo van a pasar por encima de las tres-cuartos partes de Venezuela sin que el ejército de aquí los tumben??? Tampoco van a iniciar una invasión desde su propio país; no quieren más frentes abiertas.

Más bien lo que pueden hacer es imponer más sanciones sobre personas particulares.

Creo que la declaración de Obama fue muy mal pensado. No se da cuenta que los EE.UU. es temido y odiado por gran parte de la Izquierda latinoamericana. Lo que ha logrado es juntar a este sector y darle justo la “evidencia” que quiere para apoyar sus argumentos sobre injerencia extranjera como la causa de los problemas aquí. Todavía no se olviden de los papeles de Nixon y Kissinger en Chile. Ni de los Contras en Guatemala. Ni de Panamá. Ni de Grenada.... La historia ha sido turbia.

Pero Obama no es ni Nixon ni Reagan ni ninguno de los dos Bush. No van a invadir.

Bajar el tono en Venezuela

“Danos el prisionero más orgulloso de los godos,
Para arrancarle sus miembros…”
voz de Lucius en “Titus Andronicus”, de Shakespeare

Desde hace tiempo ha habido un ambiente de violencia en Venezuela, pero ella ha sido ejercido por los malandros, los antisociales y grupos extremos y cuasi organizados contra la parte más pacífica de la población. Y, claro, también la hemos visto expresada en ciertas tácticas represivas de las fuerzas de orden y de los carceleros.

Además, el discurso oficial, aunque siempre entrelazado con lenguaje discriminatorio (pitiyanqui”), nunca ha sido abiertamente homicida. Ahora un embajador del país degrada la intimidación verbal a nuevos y aterrorizantes límites.

La crispación de la población en general llega al punto de conflagración. Hoy me contaron de una turba que ocurrió en Bello Monte en que los participantes aplastaron la carrocería de un carro con los puños en respuesta a unos insultos de parte del chofer. Claro, el chofer era abusivo ya que había estacionado mal y bloqueaba el paso de los demás, pero “antes” el problema se hubiera resuelto con un intercambio creativo de oprobios. Ahora no: ahora hay que destruir, lastimar y a veces matar.

Es urgente explorar cómo podemos cambiar el discurso y estrategias. Tenemos que reencontrar las viejas tácticas de paz -tan ingeniosas- que antes se usaba en Venezuela. ¿Qué puede hacer alguien frente a un insulto de parte de un desconocido en la calle?

Es un punto de reflexión.


 
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