miércoles, 10 de septiembre de 2014

Una pelea muy en serio



El sábado Candil y Charlie pelearon de verdad a causa de un jugoso, maloliente y repulsivo hueso que Charlie encontró detrás de la casa.  

Charlie lo halló, y era tanta su emoción que vino a celebrarlo conmigo, y en este momento Candil se lo quitó. Charlie se lanzo sobre Candil a pesar de su menor tamaño; el alboroto era tan atronador que un vecino y su hija vinieron a ayudar: les echamos agua con la manguera e intentamos separarlos metiendo palos de escoba entre estos dos estúpidos. Candil intentó varias veces dejar el combate, pero cada vez Charlie se lanzaba de nuevo. Entre los vecinos y yo logramos encerrar a Candil en la cocina, pero los dos quedaron heridos, sucios y mojados.

Yo estaba furiosa con los dos pero especialmente a Charlie, y lo dejé afuera sin desayuno por un largo rato. Finalmente cuando abrí la puerta –dejando todavía cerrada a la reja para ver cómo se habían quedado los ánimos-, vi al pobre Charlie que entre una pata herida y una terrible angustia, casi no podía quedarse en pie. Gradualmente abrí la puerta y se tantearon un encuentro: Charlie temblaba de miedo mientras Candil se acercaba, pero Candil sólo se puso a lamerle las heridas, como un preocupado papá. Gradualmente Charle se calmaba.

Desde entonces son amigos –super corteses- como dos naciones después de una tregua.

Seven White Butterflies by Mary Oliver



“Seven White Butterflies,” 
from West Wind: Poems and Prose Poems
by Mary Oliver

Seven white butterflies
delicate in a hurry look
how they bang the pages
of their wings as they fly
to the fields of mustard yellow
and orange and plain
gold all eternity
is in the moment this is what
Blake said Whitman said such
wisdom in the agitated
motions of the mind seven
dancers floating
even as worms toward
paradise see how they banter
and riot and rise
to the trees flutter
lob their white bodies into
the invisible wind weightless
lacy willing
to deliver themselves unto
the universe now each settles
down on a yellow thumb on a
grassy stem now
all seven are rapidly sipping
from the golden towers who
would have thought it could be so easy?

El maldad como ausencia del bien: evidencia cerebral


Hay un hermoso video de Ara Arceo en la dirección electrónica que aparece en el enlace y también abajo. Está en alemán, pero tiene subtítulos en español. No lo puedo reproducir porque Blogger ya no acepta mi tarjeta de crédito para almacenar más imágenes y videos (otro de las dificultades de vivir en Venezuela); antes de seguir con este “posting” recomiendo que lo vean.
El argumento que la maldad sea la ausencia de lo bueno ha sido atribuido originalmente a San Augustine.  Sin el contenido religioso es todavía una explicación interesante.
Hay evidencia científica para esto:  la ausencia de crecimiento en ciertas zonas cerebrales se asocia con menor capacidad para el altruismo. Dicho de manera más positiva, se puede entrenar a las personas en el altruismo (a-, b-, c-), produciéndose cambios en los patrones de activación en el cerebro. De hecho, las personas que son más capaces de experimentar y expresar compasión tienen mayor desarrollo en el  cortejo inferior parietal del cerebro (inferior parietal cortex).
Esto tiene enormes implicaciones con respecto a la educación, la conducta interpersonal e inclusive las políticas de Estado. Hemos estado haciéndolo todo mal: deberíamos enseñar compasión en las escuelas, en las cárceles, en las relaciones entre naciones. El castigo entrena, la compasión enseña.

Me parece similar al argumento del vaso medio lleno/vacío. Podemos llenar el vaso: nos permite hacer algo para hacer los sistemas educativos más amables. Incumbe ya a las generaciones que siguen a buscar sistemas de vida más amables. Ahora que uno se da cuenta del problema, depende de cómo votamos, cómo enseñamos a los niños y cómo tratamos a los demás. En este momento es una decisión consciente; el hecho de haber descubierto el papel del cortejo inferior parietal es muy importante, porque de aquí en adelante no se puede acusar a los demás de tener una carácter deficiente -tal vez de manera innata-, o peor, de sentir la presencia de un maloliente diablo.   Es como descubrir cómo curar una enfermedad. Me parece extraordinario.

Referencias:
a)-Jill Ladwing (5/22/2013). Brains can be trained in compassion, study shows. University of Wisconsin-Madison News. Accesible en la página WEB: http://www.news.wisc.edu/21811
b- Dan Vergano (11/07/2012).Brain wiring tied to Altruism. USA Today. en Science Fair. Accesible en la página WEB: http://content.usatoday.com/communities/sciencefair/post/2012/07/brain-regions-tied-to-altruism/1#.VBBUpPl5OXk.

c- Alison DeShaw Rowe (5/22/2013). Brain can be trained in compassion. Neuroscience News. Accesible en la página WEB: http://neurosciencenews.com/neuroscience-brain-activity-compassion-training-153/   
 
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