domingo, 28 de febrero de 2010

Venezuela arde III





Tomé la primera foto desde mi patio el domingo (28/02/10); la luna estuvo de color anaranjado debido al efecto del humo en el aire.

La segunda foto demuestra el humo en el aire sobre Caracas. La tomé bajando la Carretera Panamericana la mañana siguiente:



No he podido tomar fotos de los múltiples incendios que veo en la carretera y desde mi casa. En la vía que va de San José de los Altos a Los Mayas vi un señor sentado en la orilla del camino. Al lado y detrás de él las hojas secas comenzaban a arder y él no se movía. Sólo faltaban minutos para que los arbustos a su espalada ardiesen también, y sospecho que él mismo había prendido el fuego. Por una vez en la vida el buen sentido tuvo éxito en aconsejarme no confrontar a este ser tan torcido.

Casi entrando en el crepúsculo, y un poco más arriba en la montaña tomé la foto del humo saliendo del bosque; lo notable es que emana de una zona sin carretera, es decir, probablemente en este segundo caso se trata de combustión espontánea de material vegetal desecado.



La siguiente foto demuestra agua potable que brota de tuberías rotas en Baruta:


Hay tres tubos rotos de que salen aguas grises en la entrada de la Panamericana en el canal que sube en dirección sur. Anoche (1/3/10) ya habían abierto grandes huecos en el pavimento y supongo que hoy en la mañana la vía está bien obstaculizada.

¿Cuándo comenzaremos usar los aguas grises para salvar por lo menos lo que queda alrededor de nuestras casas y edificios?

PD: ¿Nadie va a votar sobre por qué arrojamos tanta basura a los epacios públicos? Ver la encuesta en el lado derecho....

domingo, 21 de febrero de 2010

Venezuela en llamas, parte II



omo muchos hemos predicho Venezuela ardería bajo el sol de la sequía. Ahora está en plena conflagración, y sólo estamos en febrero.




Los políticos dicen que lloverá en mayo, pero el año pasado las lluvias no llegaron sino a finales de junio. Este año probablemente aparecerán en julio.

El viernes, la Perimetral de San Antonio de los Altos se cubrió de una densa nube de humo debido a los incendios de maleza en los Altos Mirandinos; en el Ávila se han quemado hectáreas, y la semana pasada el biogás que emana del relleno de basura La Bonanza se incineró, arrojando vahos venenosos por gran parte de la Gran Caracas.

Los bomberos están exhaustos por el esfuerzo de apagar incendios día y noche.

Todo esto podría haberse evitado. No hablo de la falta de mantenimiento en los reservorios que suplen Venezuela de agua y electricidad; hablo de medidas que tienen que ver con el cuidado general del ambiente. Digo esto sin señalar a lealtades políticas particulares: se trata más bien de amor por el planeta.

Con respecto a la basura, podríamos haber separado los residuos orgánicos de lo demás para hacer abono, el cual podría estar nutriendo nuestros parques y plazas. Esta medida hubiera reducido la producción de metano en el depósito en La Bonanza.

Podríamos haber tomado la precaución de recoger las aguas grises y regar con ellas los espacios aledaños a las viviendas y edificios. Es una medida efectiva y que provee no sólo líquido a la vegetación sino nutrientes también.

En casa riego mi pequeño jardín con el agua jabonosa de la lavadora de la vecina que me llega por gravitad porque su casa está más elevada que la mía. Traigo el agua por medio de una larga manguera llena de huecos que esparce el fluido por donde pase. Las tres matas de rosas están en flor y la grama está de un verde esmeraldo.


Además vierto el agua de lavar platos sobre los materos del patio y el resultado puede verse en flores exuberantes. Claro, lo que está para consumo humano como perejil, tomates y ajís recibe agua potable, pero reduzco grandemente la necesidad de emplear este recurso escaso donde no es realmente imprescindible.


Un lugar que me produce especial dolor es la Plaza de las Tres Gracias frente a la entrada sur-oeste de la Universidad Central. Los sauces llorones están casi muertos todos. ¿La sede del Instituto de Previsión del Profesorado (IPP) no podría ubicar mangueras para llevar sus aguas grises desde allí hasta aquel lugar tan seco y triste?


Tomé estas fotos de la plaza hoy:















































Las fotos que aparecen abajo de estas líneas contrastan con el abandono en que se encuentra la plaza: se puede apreciar los efectos beneficiosos del uso de aguas grises. Las tomé en mi jardín.



jueves, 11 de febrero de 2010

La ciencia y la tecnología moderna frente a las prácticas endógenas



reo que hay que buscar las raíces de la hostilidad y la incomodidad que mucha gente tiene con respecto a la ciencia y la tecnología (CyT).

Probablemente las encontraremos en la degradación de la educación secundaria de las últimas décadas, y en indudables abusos de parte de entidades comerciales y estatales que promueven y distribuyen productos complejos, como por ejemplo ciertas prácticas de las grandes compañías farmacéuticas. Estos y otros factores han conducido a una población muy mal informada, casi delusional, y dirigentes políticos que actúan desde cómodas posiciones ideológicas que les “explican” lo que no entienden.

Hay gente que añora soluciones simples que pueden comprender, o aún soluciones cuasi-místicas como la fe que muchas personas tienen en la “medicina natural”, como si los ingredientes curativos de las plantas no fueron componentes con propiedades químicas dadas.

La tecnología endógena tiene innegables méritos y la CyT “modernas” pueden aprender mucho de ella. De hecho, y como ejemplo, medicinas como la cloroquina para combatir la malaria proviene de una antigua receta para la quinina en base a la corteza de un árbol; pero en este ejemplo también podemos percibir el peligro de mitificar y rever acríticamente a lo arcaico: la cloroquina puede producir daños permanentes en la retina del usuario y éste tiene que hacer un seguimiento regular de sus ojos con un sofisticado equipo oftalmológico para evitar quedarse ciego.

Sin embargo en el Oriente de Venezuela los campesinos siguen preparando un te casero de este recurso sin ningún control. A veces añaden a este brebaje pastillas de aralen basadas en el mismo producto, así aumentan los efectos de lo que ya es una dosis no medida y fuera de supervisión médica.


Fuente de la imagen de
Cinchona pubescens, recurso endógeno
para conseguir quinina
.





Y podemos seguir añadiendo a la complejidad del problema de la quinina: el árbol provino originalmente de Perú y en tiempos coloniales llegó al Caribe por contrabando. Ahora en su país de origen la sobre-explotación comercial amenaza con su extinción. En la página web "Servindi" leemos:

"Científicos peruanos llaman a una cruzada para salvar el árbol de la quina, cuya imagen representa la riqueza vegetal en el Escudo de Perú, porque está en peligro de extinguirse tras años de sobreexplotación por poseer un alcaloide que ayuda a combatir la malaria."

En este ejemplo tenemos ilustrados algunos de los efectos del oscurantismo anti-científico: el uso no informado de compuestos químicos, la fe irracional que se tiene con relación a los productos "naturales" y ancestrales y el uso insostenible de los recursos de la biomasa de la tierra.

Cuando la ignorancia llegue al poder, peligramos todos. Es necesario una masiva campaña educativa sobre el significado de la CyT. Ellas se basan epistemológicamente en un proceso de constante auto-crítica y constituyen una de las actividades humanas que más se corrigen y revisan. Dogmas científicas duran sólo el tiempo necesario para su revisión y modificación a la luz de nuevos conocimientos.

Reconozco que la CyT han sufrido de sus propios y graves problemas éticos y filosóficos (la ciencia al servicio de la guerra, por ejemplo), y he reflexionado sobre algunos de estos dilemas en otra entrega de este mismo blog. Estas dudas también constituyen parte de de la autocrítica de la CyT.

Por esta capacidad de reflexión y autocrítica la CyT se erigen en grandes opositores de la ideología.

Fuente de otra imagen del ábrol chinchona
 
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