lunes, 18 de junio de 2007

Armament / Armamento



English

The great sin of the twentieth and twenty-first centuries is how we have allowed the arms manufacturers to bamboozle us with the belief that we need their products. We have gone further. We train our little boys (and now girls) to fight in their wars, that for us are meaningless, but for the arms people mean lots and lots and lots of money.

Instead of using children’s need for adventure, bravery, strength, and competitiveness to foster the desire to combat poverty, disease, and global warming, we give them toy guns and violent video games bereft of reasons for fighting. My daughter asked my grandson if Spiderman had friends and he was surprised by the question. I also asked him what a particular group of armed, magical and hostile animated children were fighting for, and he found the question ridiculous. Our children and grandchildren are being prepared to be the fodder of the big armament companies in the race to spend taxpayers’ money to destroy the world.

The armament industry works on secretly. I do not understand why we allow this. Pierre Haski has written:

“It's demagogic, but I can't help myself. At the end of last week, the G-8 meeting in Germany promised 60 billion dollars for Africa, a sum presented as a significant effort to bring this continent out of despair. Monday, a report revealed that global military spending had reached 1,200 billion dollars last year, that is, an increase of 3.50 percent over the prior year (and of 37 percent over ten years). Take out your calculator: 3.50 percent of 1,200 billion makes the tidy sum of 42 billion dollars, just for the increase over last year. Something to compare to the G-8 gesture ...”

The first picture was taken from Haski’s original article. The second was a creative project between my grandson and me in which we progressively modified a picture of him holding a Spiderman mask that he had painted in front of his face. It was good fun, but later, looking at it, it terrified me. I love the ethical parts of his adventure with this hero, but the ideological overtones are so very worrisome.

Español

El gran pecado de los siglos veinte y veinte-uno es haber permitido que los fabricantes de armas nos engañen con la creencia que necesitamos sus productos.

Hemos ido más lejos. Entrenamos a nuestros pequeños muchachos (y ahora las muchachas) para luchar en sus guerras que para nosotros carecen de sentido, pero para estos intereses industriales significan mucho, mucho dinero. En vez de usar la necesidad de los niños para la aventura, el valor, la fuerza, y la competitividad como recursos que pueden usar como adultos para combatir la pobreza, la enfermedad y el calentamiento global, les damos armas de juguete y juegos de video violentos y privados de razones verdaderas de luchar. Mi hija preguntó a mi nieto si el Hombre Araña tenía amigos y él se sorprendió por su pregunta. También le pregunté para qué luchaba un grupo particular de niños mágicos y virtuales que aparecen como armados y hostiles, y él encontró la pregunta ridícula.

Nuestros niños y nietos están siendo preparados para ser la carne de cañón de estas compañías. La industria de armamento trabaja secretamente y no entiendo porqué permitimos esto. Pierre Haski ha escrito:

"Al finales de la semana pasada, la reunión G-8 en Alemania prometió 60 mil millones dólares para África, una suma que se presentó como un esfuerzo significativo para sacar este continente de la desesperación. El lunes, un informe reveló que el gasto militar global había alcanzado 1.200 mil millones dólares el año pasado, es decir, un aumento de 3.50 por ciento sobre el año anterior (y de 37 por ciento sobre la cifra de hace diez años). Lo calculé así: 3.50 por ciento de 1.200 mil millones produce la suma exorbitante de 42 mil millones dólares, apenas para excedente del año pasado. Compare esto con el gesto G-8... "

El primer cuadro fue tomado del artículo original de Haski. El segundo era un proyecto creativo entre mi nieto y yo en que modificamos progresivamente una foto donde él sostenía una mascara del Hombre Araña que había dibujado frente a su cara. Era una actividad divertida, pero luego, mirándola, me aterrorizó. Amo las partes éticas de su aventura con este héroe, pero las insinuaciones ideológicas son tan preocupantes.


Reference / referencia:
Pierre Haski: http://rue89.com/2007/06/11/depenses-militaires, reprinted in English by: http://www.truthout.org/docs_2006/061307G.shtml
 
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