domingo, 16 de agosto de 2015

Sólo un poco en satira...


Ayer en la mañana me desperté mirando unas pesadas y negras nubes en el valle, y me dije: “hoy lloverá”. Realmente hacía falta porque hace dos semanas no hemos tenido sino las más ligeras lloviznas, y yo he podido regar adecuadamente al jardín.

Dije luego lo mismo a unas amigas, dije que inclusive había hecho un baile de la lluvia para influir positivamente en mi microclima. Claro, mi baile era sólo retórico. Mis amigas me dijeron que, no, que unos vecinos de ellos habían colocado un contra, en este caso un tenedor y un cuchillo cruzados apuntados hacia el valle por donde vienen las nubes. Ya para el anochecer no llovió ni una sola gota en todo el día.

Me puse en la cocina (donde los vecinos no me pueden ver) y, sí, bailé unos pasos que había visto en una entrevista con el artista John Feodorov*: él decía que si haces bien los pasos, necesariamente tiene que llover. Admito que no logré algunos de los saltos requeridos –favoreciendo una rodilla sensible-, pero en menos de veinte minutos comenzó un brevísimo pero duro aguacero. A lo mejor si hubiera podido alcanzar las piruetas que el rito pide, hubiera llovido más.


*Nota: John Feodorov es un artista plástico de ascendencia navajo / europea en los EE.UU.
 
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