sábado, 30 de agosto de 2014

Después del Socialismo del Siglo XXI


Quisiera abrir una discusión sobre qué va a ser el futuro de Venezuela e invito a los eventuales lectores a contribuir con sus propias ideas. Es extraordinariamente difícil conseguir en-línea propuestas para después del Socialismo del Siglo XXI: las publicaciones que he encontrado tratan sobre todo de denuncias dirigidas al gobierno actual de Venezuela y evaluaciones sobre la estabilidad de la administración post-chavista, con énfasis en las divisiones internas del PSUV. Más bien muchas de las propuestas concretas son productos de intensas conversaciones privadas.
Me preocupan dos cosas: a) que haya gente de la Oposición que quiera “cualquier cambio” sin definirlo (salvo el planteamiento del Programa del MUD) y b) algunos que comiencen a precisar qué cambios tienen aspiraciones sectarias.
Voy a basarme en el programa del MUD (Prg MUD) aprobado por la Mesa de la Unidad Democrática el 12 de enero de 2012, pero primero quisiera señalar algunas dificultades que habría que resolverse antes de iniciar cualquier corrección a los impases vigentes.
Dificultades
Se ha desarrollado en el país un ambiente en que se justifican, y aún tácitamente se aprueban, actos de apropiación indebida de los bienes ajenas, como las “tomas” de parte de individuos de bienes y propiedades y las expropiaciones oficiales. Esta actitud (como si fuera de una gran piñata arrebatada y colectiva) se relaciona estrechamente con lazos fortalecidos entre el sector pública y la hampa, y otros sectores dispuestos a la violencia; el efecto de esto es la casi legitimación del robo y el crimen. Devolver el genio de la brutalidad a su botella va ser una tarea delicada que sólo podrá lograrse si las nuevas autoridades rechazan explícitamente una continuación de la tolerancia que existe ahora, y si no autorizan el uso de la saña por parte de los agentes de orden.
Para combatir el hampa el Programa del MUD propone (p. 101-103): a) desarme nacional, b) la creación de policías preventivas, c) prevención social y comunitaria y d) la sanción del delito. No va a ser una tarea fácil. Como medida adicional pienso se podría llevar una reforma fundamental del sistema carcelario que ahora es un recurso importante para el crimen: sirve para la protección de los criminales de alto rango, para la canalización de armas y para la creación de jerarquías de la delincuencia.  
Por otro lado, y en un sentido opuesto y más sano, existe un “despertar” en la población con relación a sus aspiraciones materiales y sociales. La gran mayoría de las personas desean respeto y solidaridad por parte de quienes les gobiernen. Estas personas van a reclamar -de cualquier nueva administración- sueldos justos y acceso a los bienes más importantes para ellas. Dado el grado de endeudamiento del país, y la resultante escasez que existe ahora, ofertar una vida justa a la población va a requerir agudas destrezas financieras y administrativas.
Relacionado con todo esto es la necesidad de despertar en la población, y en sus gobernantes, respeto para la ley. Actualmente hay un ambiente de “lo-que-me-da-la-gana”. Los semáforos son esencialmente artefactos decorativos en las calles. Muchas de las policías son presencias atemorizantes y delincuentes. La fiscalización de los negocios y de las tiendas tiene menos que ver con el pago de impuestos que con el pago de “protección”. Muchos funcionarios requieren el pago de comisiones para actuar.
El Prg MUD (#226) hace mención de la necesidad de combatir la corrupción, pero el problema es mucho más grande; en general hemos aprendido en estos años a despreciar al pudor ético y sabemos bien esquivar las limitaciones legales. Pero a la vez añoramos el orden, y al fin vamos a tener que aceptar restricciones en nuestra propia obrar. A estas alturas en el país se trata de una urgente y fundamental transformación cultural.    

Programas para el cambio
Dice de manera introductoria el Programa del MUD:
“Es importante tener una oferta social propia, que… ha de inspirarse claramente en las premisas, constitucionalmente sustentadas, de preservación y garantía del derecho a la propiedad privada, de la libertad económica, y de la iniciativa privada, así como de acceso a empleos dignos y bien remunerados, a una educación de calidad en un mundo competitivo, y a un sistema público de salud y de seguridad social altamente eficiente, entre otras. Las políticas sociales con sentido de inclusión han de estar orientadas a la consecución de una mayor calidad de nuestra democracia” (#43, Introducción, Prg MUD, pp. 14-15).
En el cuerpo del tratado elucida en mayor detalle algunas de estas propuestas, y a continuación he reflexionado sobre algunas de ellas, añadiendo algunos comentarios propios.
El gobierno actual es excesivamente presidencialista, tanto en las provisiones legales y constitucionales (Artículo 236 de la Constitución Nacional, 2000, especialmente en su numerales 7 – 10), como en sus exabruptos ilegales. El Programa del MUD propone diluir el poder presidencial por medio de: a) el rescate del federalismo provisto en la Constitución nacional (p. 16) y b) la reivindicación del estatus constitucional y las funciones de la Vicepresidencia Ejecutiva (p. 17), la función legislativa (p. 17,) y la rehabilitación del poder judicial (p. 20).
Algunas de las dificultades para lograr cambios reales yace en la propuesta del MUD de subordinar a las fuerzas militares a sus límites legales y constitucionales (Prg MUD, p. 20-21). Es una restricción esencial, sin la cual no pueda haber democracia, pero hay dos dificultades con esta aspiración: la primera es la muy probable renuencia castrense a volver a los cuarteles, y la segunda es la aspiración de algunos sectores de resolver los problemas de del país por medio de una figura dictatorial de su agrado. Es decir, hay fracciones que quisieron contar con “una mano fuerte” que apoyaría políticas que se circunscriban a sus propios intereses. Es importante entrar en diálogo con estas esferas.
El deterioro de los servicios públicos
En la actualidad la infraestructura de todos los servicios públicos está muy deteriorada. Hará falta una importante inversión para corregir estas fallas, y en el proceso habrá mayores interrupciones en dichos utilidades.
Bienestar y educación
El Programa del MUD propone:
“crear un sistema de seguridad social integral y universal [que garantice la adecuada y oportuna] provisión de servicios de salud y asegure protección en contingencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar, así como otras circunstancias de previsión social” (# 376, p. 57).
Son ofertas elementales, sin embargo, es preocupante que en el documento no se habla de educación gratuita garantizada hasta la culminación de los estudios de pregrado universitaria (las secciones pertinentes se encuentran entre las páginas 112 - 116 del Prg MUD). Este logro social ocurrió en los primeros años de la democracia después de 1959.  Se habla en la propuesta del MUD de la subvención de la educación pero no su gratuidad.
La producción interna
Probablemente lo más urgente es la reconstrucción de un aparato productivo al nivel nacional que incluyen los renglones de la agricultura, la industria, el transporte, el petróleo y sus derivados y la medicina entre muchos otros. El MUD dice:
“La productividad interna ha disminuido a costa de los incrementos de las importaciones de gran cantidad de bienes para el país. El empleo se concentra en el sector comercio (específicamente al detal) y el sector servicios (con un importante porcentaje de servicios personales). La manufactura reúne solamente el 12% de los trabajadores y la construcción menos del 10%. Esta distribución habla de una estructura económica básicamente terciaria, concentrada en sectores de baja productividad y de una distribución poco eficiente del recurso humano. En consecuencia, la mitad del empleo generado no es de calidad y por lo tanto deja de ser un medio para superar la pobreza” (#328, Prg MUD, p. 50).
La destrucción de la productividad del país -para convertirlo en una entidad consumidora e importadora- es una pérdida que tomará décadas para reparar. Es importante juntar las empresas, los manufactureros pequeños y grandes, los bancos, las instituciones de investigación científica y tecnológica y en general la voluntad pública en un masivo esfuerzo de emergencia.
La posibilidad real de cambio
Reconoce el MUD que los cambios no serán rápidos, ni siquiera después de transformaciones políticas fundamentales; dice:
“No es posible corregir de modo inmediato las profundas distorsiones causadas por un gobierno que ha contado con poder absoluto durante trece años y con recursos económicos extraordinarios a lo largo de extendidos períodos durante su mandato” (Prg MUD, #362, p. 54).
Sin embargo el país cuenta, a pesar de sus deudas, con recursos significativos como la minería y el petróleo que podrían rescatarse a  mediano plazo. Además, con el inicio de prácticas honestas de la administración pública y la erradicación de la corrupción, dicho rescate podría realizarse.


Referencias:
-Constitución de Venezuela en su versión publicada en el año 2000 en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, (revisado el 30/8/14) accesible en la página Web: http://www.me.gob.ve/media/contenidos/2013/d_27200_395.pdf
-La Unidad Nacional. (revisado el 30/8/14). Lineamientos para el Programa de Gobierno de  Unidad Nacional (2013-2019). Accesible en la página Web: http://www.unidadvenezuela.org/wp-content/uploads/2012/02/MUD.-Lineamientos-para-el-Programa-de-Gobierno-de-Unidad-Nacional-23-Enero-2012.-Final-1.pdf


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