viernes, 21 de agosto de 2015

"Los buenos" y la banalidad del mal



"Los buenos" también podemos contribuir a los totalitarismos.

"La banalidad de mal"* no incluye, si me acuerdo bien, el miedo de perder el regular pago de quincenas. Es una preocupación real para mucha gente que tema que actuar según su conciencia o promover un cambio de gobierno los vaya a dejar sin su trabajo -que para un funcionario actual es relativamente fácil-. 

Y, tomando el papel del abogado del diablo: ¿cuántos de la 4ta República no se callaron o dejaron de protestar los abusos de aquel entonces? La tarea que tenemos ahora es bien complejo: es crear una democracia verdadera donde todos tenemos que obedecer las leyes y sentirnos parte de un proyecto honesto. Esto en un país donde no se respeta ninguna ley. Ni un semáforo.

Nota:
*Es parte del título de un libro de Hannah Arendt. Datos bibliográficos: Arendt, Hannah (1961/2003). Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal. Barcelona, Lumen. 
Accesible en línea en la dirección: http://www.psicosocial.net/grupo-accion-comunitaria/centro-de-documentacion-gac/areas-y-poblaciones-especificas-de-trabajo/tortura/864-eichman-en-jerusalen-un-estudio-sobre-la-banalidad-del-mal/file

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