sábado, 17 de junio de 2017

El eterno retorno de la venganza




El eterno retorno, como una mezcla terrible de Nietzsche y Freud, es algo que nos infligimos a nosotros mismos. Habíamos pensado que en las cárceles espantosas e infrahumanas que construimos para obtener justicia, los criminales “pagarían” por sus abusos. Sufrirían como nos han hecho sufrir.  Pero entonces, de estos muros de tormento que hemos creado, los malhechores regresan a atormentarnos de nuevo a nosotros. Los seres que hemos mandado allí se tornan aún más crueles, y menos capaces de vivir en hermandad. Se han entendido con los guardianes, se han armado, han pactado con los poderosos y salen a la calle a reclamar los espacios que pensamos eran nuestros. Y nosotros, furiosos, soñamos con su captura, e intentamos devolverlos a los presidios donde de nuevo expiarán condenas en “pago” por sus nuevos atropellos. ¿Saldrán otra vez a sembrar más tristeza y odio? ¿Cómo podemos cortar este retorno insidioso?

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