lunes, 30 de octubre de 2017

Los enemigos de la ciencia



Bill Nye ha mantenido un programa para los niños en la televisión sobre la ciencia desde hace muchísimos tiempo. Ahora, en esta entrevista* refiere a las personas que la niegan o que no "creen" en ella. Termina con la esperanza de que el gobierno de Donald Trump sea el "último suspiro" de esta tendencia obscurantista.

Temo, sin embargo, que "la ciencia" tiene mucha oposición y siempre la ha tenido (recordamos las muertes trágicas de Hipatia de Alejandría, Anaxagoras, Sócrates, Maimónides, Giordano Bruno, Galileo Galilei y más recientemente Dian Fossey quien murió asesinada en Ruanda en 1985).

La ciencia excluye. Lo hace por varias vías, en parte porque para tener acceso a su método y hallazgos es necesario obtener una educación de calidad. Relacionada con esta limitación está el vocabulario de cada campo, que requiere años de aprendizaje y dificulta la comunicación entre "los científicos" y la comunidad en general. Por esto personas como Bill Nye y Neil deGrasse Tyson sean tan populares: actúan como traductores e intermediarios para los no iniciados.

Los gobiernos despóticos casi siempre se oponen a la ciencia –excepto en su expresión tecnológica que produce los Rolls-Royce, los smartphones y las armas de guerra-. La pregunta siempre abierta y la duda constante del pensamiento disciplinado son antitéticas a la obediencia ciega que requieren los dictadores. La lealtad política y militar no puede tolerar la “traición”  del escepticismo.

El otro gran contrincante para el alma humana se encuentra en las supersticiones y muchas  interpretaciones de la fe religiosa. Es tan reconfortante tener a mano toda la verdad porque ella está ya “escrita” o porque con una simple consulta con un oráculo, chamán o por medio de los apropiados rezos a un santo se puede obtener las respuestas necesarias. Además la ciencia no nos explica “por qué” ocurren las cosas, excepto en el sentido de una cadena de causas. El “por qué” último y existencial que nos dan las religiones está ausente en la ciencia, ya que se limita a explicar “cómo” ocurren.

Personalmente pienso que la fe es importante justamente porque llena estos espacios existenciales. Nos explica “por qué” tenemos que morir y “por qué” nacimos. Claro, una elaborada filosofía científica nos puede ubicar en la larga historia del universo, en la belleza de las estrellas y los átomos y en el perfecto reloj de la vida y sus mutaciones. Nos puede fijar –un poco menos precisamente- sociológicamente y en la antropología y la psicología. Nuestra  participación en la vida es maravillosa simplemente porque existe, y esta estética puede ayudarnos a “explicar” nuestra conciencia y sentir.

Pero divago. Mi punto central es que la ciencia es una cultura que debe abrirse, no como materias empolvadas en el ya aburrido liceo, sino como una ventana abierta por donde entran vientos frescos. Los excluidos tienen que perder el miedo a la duda constante y ver lo liberador que puede ser. Mientras más personas tengan este acceso, menos enemigos tendrá la ciencia.

*Lorraine Chow (29 de Octubre, 2017). Bill Nye: Trump Adminstration will be 'Last Gasp of the anti-science movement. Disponible en: http://readersupportednews.org/news-section2/318-66/46561-bill-nye-trump-administration-will-be-last-gasp-of-the-anti-science-movement

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