lunes, 27 de noviembre de 2017

La segunda sesión del seminario de “Soluciones Posibles”



El noviembre 15 de este año se reunió en el seminario de “Soluciones Posibles” de la Maestría en Psicología Social de la Universidad Central de Venezuela, dos grupos de gran trascendencia organizacional y social para hablar de sus intervenciones a favor de la paz y la convivencia en el Oeste de Caracas. El primero, CANIA, trabaja en la parroquia de Antímano mientras el segundo, el Complejo Educativo "Jesús Obrero", hace su labor en la zona de Catia. Ambos tienen varias décadas de logros a su favor. Y ambos han contribuido al bienestar de las poblaciones jóvenes bajo su cuidado. El primero, CANIA, se ocupa de las condiciones nutricionales de sus usuarios, mientras el Jesús Obrero interviene en la educación de los muchachos de su zona en todas las etapas desde la educación primaria hasta la universitaria. 

Agradecemos a los expositores, el Prof. Marco Dujmovic y la Dra. Marian Miranda entre otros.


CANIA
A raíz de un estudio sobre la desnutrición en la zona de Antímano de Caracas, CANIA surge como una expresión de responsabilidad social por parte de las Industrias Polar. Arrancando en 1995, mezcla la nutrición con el deporte, y atiende ahora a 2000 personas de toda la parroquia, y al mismo tiempo hace investigación. También ofrecen ayuda con respecto a problemas especiales como el cáncer. En 1998 comienzan programas grupales de prevención de problemas nutricionales. Su enfoque es interdisciplinario. 

Al principio la Familia Mendoza, dueños de Empresas Polar veían en CANIA un ofrecimiento personal y no hacían publicidad al respecto. Ahora consideran que la divulgación de sus actividades constituye una parte esencial de su compromiso. 

En detalle, los objetivos de la institución son varios:

Curativos: Proporcionar atención integral a la población de niños, niñas y conjuntamente a las mujeres embarazadas de la Parroquia Antímano que presenten malnutrición por déficit o por exceso alimenticia. Se pretende lograr la recuperación total de sus pacientes, y por ende las atiende con un programa de control y seguimiento luego de su egreso de las instalaciones internas. 

Docentes: Contribuir con la formación de recursos humanos de óptima calidad en el área de la nutrición infantil.

De investigación: Se propone aumentar y difundir el conocimiento de la problemática alimentaria y nutricional pediátrica. Además se propone asesorar y apoyar a los investigadores en todas las etapas, desde la planificación hasta la redacción de los proyectos de investigación. Al mismo tiempo recopilan datos generados en las distintas actividades del centro para proveer insumos para otros investigadores y para divulgar esta información. Apoyan también la formación profesional de los investigadores. 

De proyección y comunicación: La meta es divulgar las actividades científicas, educativas y asistenciales de CANIA. Para esto tienen varias fuentes de transmisión:

a. Página WEB www.cania.org.ve 
b. Programa radial educativo Entre Vecinos de CANIA, transmitido por la emisora comunitaria Senderos de Antímano 88.5 FM, Radio Cardiológico Infantil 89.3 FM y Radio UCV.
c. Campañas educativas televisivas. 
d. CANIA en Comunidad (periódico comunitario trimestral)
e. CANIA al Día (cartelera para públicos internos) 
f. Carteleras Comunitarias (mensajes educativos ubicados en escuelas, ambulatorios, bodegas, etc, de la Parroquia Antímano)
g. CANIA Films, encargada de producir y divulgar videos educativos e informativos.

Una parte interesante de su trabajo, ahora en los tiempos de escasez, es el desarrollo de recetas alternativas para personas que tienen dificultad en costear la cesta básica. Relacionada con la atención asistencial, la organización enfatiza la relación entre los niños y sus responsables respecto a los problemas de conducta. Es importante atender y trabajar con los problemas de apego y el desarrollo psicomotor. Ofrecen intervención directa con los papás, cuya ausencia representa a menudo un vacío en la vida de las familias. Ofrecen charlas y otras actividades formativas para las madres y padres que esperan por las citas de sus hijos con los médicos, y las llaman “sala de espera”.

Del desarrollo comunitario, que es sobre todo preventivo, hacen promociones y talleres sobre temas como el liderazgo y las relaciones de familias. Identifican los líderes y los capacitan para fortalecer la participación de los vecinos en la promoción de la salud nutricional de los niños de la zona. Parte de sus ofrecimientos se dirigen hacia las preescolares, las escuelas y  los multihogares. En CANIA orientan su atención también al mejoramiento de la práctica de la lactancia y en la alimentación en general de los niños menores de un año. Hay talleres de auxilio psicológico, y de temas cómo el manejo del estrés relacionado con el cambio social y económico. Trabajan para identificar a tiempo los problemas de malnutrición y difunden estrategias para mejorar las dietas de las personas de la zona.

Además de la vigilancia de la salud nutricional se realiza asesoramiento al personal en la ejecución de los programas alimentarios.

Tienen igualmente participación en cursos de postgrado en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela.


Jesús Obrero

El Complejo Educativo "Jesús Obrero", que es dirigido por la Compañía de Jesús,  tiene 70 años funcionando en Catia, Caracas. Se relaciona con otros programas de la misma Sociedad, con el Centro de reflexión y Planificación Educativa (CERPE) y con las Escuelas Fe y Alegría. Está asociado además  con la Asociación de Colegios Jesuitas de la Provincia de Venezuela (ACSI) y  la Asistencia a la Provincia en el Área de Educación. Atiende a 3000 estudiantes, entre la escuela primaria, el bachillerato técnico y la universidad. La escuela acepta a niños y niñas desde los seis años para la escuela, y el bachillerato del 16 a 18 años. 

En 1948, por iniciativa del padre jesuita Dionisio Goicoechea, se fundó una pequeña escuela en la Calle Real de Los Flores de Catia llamada Virgen de los Dolores. Luego éste se convirtió en el Jesús Obrero. Se la fundó con la finalidad de ofrecer una educación cristiana y enseñar oficios técnicos a los hijos de los obreros y trabajadores. El Instituto funciona en dos sedes: la educación primaria (de 1ero. a 6to. grado) se ubica en la zona F en 23 de enero, y la educación media general (de 1ero. a 6to. año) que funciona en los Flores de Catia.

Su misión es: “Desarrollar una persona integral, autónoma y libre, académicamente competente, fundamentada en los valores del evangelio e inspirada en el carisma ignaciano, que valore el trabajo, la justicia, la participación, la solidaridad y la libertad, desde una opción preferencial con y por los pobres como respuesta a las necesidades de la sociedad venezolana” (tomado de: Video: Jesús obrero: https://youtu.be/Ngzij7VPzPg).

Ofrece: 1) continuidad educativa, 2) formación para la comunidad, 3) canchas deportivas, 4) un plan vacacional, 5) actividades destinadas a fomentar el crecimiento emocional e intelectual de los niños y jóvenes, 6) vinculación con la comunidad por medio de ética de la responsabilidad social y 7) un programa llamado “el equipo robótico” que ofrece artes teatrales y del circo. Entre sus actividades extracurriculares tienen: catequesis de primera comunión, club de padres, movimiento brújula juvenil, grupo de robótica, grupo de cultura deporte y recreación, grupo de excursionismo y consejo estudiantil, equipo de robótica y equipos deportivos.

Entre sus instalaciones el Jesús Obrero tiene: bibliotecas, salas de computación, talleres de electricidad y electrónica, laboratorios de biología, química y física, un centro de recursos para la enseñanza de la ciencia, una librería, una sala de telemática y robótica, salas audiovisuales, salones de usos múltiples, canchas de futbolito, básquetbol, y voleibol, salas de lectura, un salón de dibujo, un anfiteatro, una capilla y un oratorio.

Los salarios de los profesores son la responsabilidad del Ministerio de Educación, pero la situación de los maestros y profesores es difícil ya que el dinero que reciben del Ministerio es poco (Bs 1.200 por hora) y por esta razón muchos tienen que trabajar en varias instituciones para poder subsistir. Esto significa un problema evidente para todas las instituciones vinculadas de algún modo con la educación pública de primaria y secundaria. Las instituciones del Jesús Obrero en sí son financiadas por la Fundación Polar, la Iglesia, la Embajada de Francia y por donaciones, y ahora recurren a las redes sociales para recaudar fondos. 

Ofrecen servicios psicológicos a los estudiantes, sobre to con respecto a la orientación vocacional. Las materias en el liceo son las que tradicionalmente están orientadas hacia las profesiones técnicas. En el sexto año los muchachos hacen pasantías en empresas comerciales y al entrar en la universidad tienen la capacidad de trabajar para ganar algo de dinero. Las empresas los becan para que puedan obtener un año de formación, y además, ellas  ayudan en proveer infraestructura y estabilidad laboral. Al fin los que no deciden por carreras técnicas pueden recuperar los cursos tradicionales, como la química, en estudios especiales.  

La relación entre los alumnos y el profesorado es de cercanía afectiva. A veces los estudiantes provienen de situaciones familiares difíciles. Algunos jóvenes entran como “malandros” pero con la influencia del liceo “egresan gente” (frase del Prof. Marco Dujmovic).

Hay apoyo nutricional para los niños y jóvenes que lo necesitan. Hay inclusive madres que preparan comida para los niños que no tienen los recursos para comprarla. 

En la universidad hay muchachos que abandonan sus estudios porque tienen que trabajar para apoyar a sus familias, pero el índice de empleo para los graduados del liceo es de 100%. Esto es un logro importante.

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