martes, 7 de septiembre de 2021

La naturaleza cambiante de la guerra

Karen Cronick

Pilisuk observa que todavía predomina entre las naciones modernas la perspectiva arcaica que asume que los Estados siempre estarán en competencia; el poderío militar está visto como un instrumento para expandir sus intereses. Cronick (s/f ) observó cómo esta postura se expresaba en la Grecia antigua y los imperios circundantes. Ahora desde el siglo XX esta manera de ver las relaciones internacionales se ha modificado, pero, todavía las naciones teman las unas a las otras. Existe la doctrina de la “defensa”, de la necesidad de preparar para la posible agresión del vecino, o de vigilar al adalid de al lado que podría estar soñando con conquistas. Esta visión, de la guerra como una práctica aceptable para aumentar el poder y los recursos de un país o imperio, puede trazarse atrás hasta los primeros imperios que ha fundado la humanidad. Cronick (s/f) reflexiona que, tanto en la antigüedad, como en los regímenes coloniales y expansionistas de todos los tiempos, cualquier potencia con anhelos de conquista se justifica diciendo que lleva la sabiduría y religión a los bárbaros o salvajes.

En realidad, esta justificación es un ardid: estas guerras han sido principalmente un medio para conseguir bienes por medio de la rapiña y la apropiación; Aristóteles aceptaba esta práctica como normal: consideraba que la acción militar era un medio natural y legítimo para adquirir bienes: “La guerra misma es, en cierto modo, un medio natural de adquirir [bienes ….] es una guerra que la naturaleza misma ha hecho legítima” (Siglo IV a. C. /31-10-2017, p. 17-18). Cronick recuerda como el historiador Heródoto en su primer libro cuenta de las incesantes incursiones de las ciudades griegas en Anatolia, o Asia Menor, contra los pueblos frigios y lidios en el comienzo del primer milenio a. C. Igualmente, los egipcios guerreaban con todos sus vecinos; los persas incursionaban contra los jonios de todas las etnias; también los potencias Hitito, Arzawa, Éfeso y otros veían a sus vecinos como objetos legítimos de depredación. Se trata del afán del imperio, pero también ha sido una estrategia para mantener disciplinada y obediente a la población masculina en los reinados, dominios y países. Las recompensas eran el pillaje y el aumento territorial del ejército vencedor. La guerra casi siempre ha sido un estilo de vida, aun para aquellos poblados que tenían suficientes provisiones agrícolas para ser autosuficientes. Ésta es una herencia cultural que todavía tenemos que entender, ponderar y sobre la cual hay que recapacitar. 

Tradicionalmente, la historia del mundo ha sido marcado por el afán de poderío: Alejandro Magno conquistó un territorio que extendió desde Egipto hasta la India; los romanos conquistaron todos los contornos del mar Mediterráneo, las Islas Británicas y parte de Europa. En los tiempos bizantinos Justiniano quiso reconstruir el Imperio romano. Carlo Magno dio inicio al imperio Sagrado Romano en Europa central, que creció hasta incluir a Francia. Al final de los siglos medievales los británicos y los españoles subyugaron las Américas y partes de África. Napoleón intentó conquistar Europa y Rusia. Los Nacional Socialistas en Alemania durante el Tercer Reich pretendieron usurpar toda Europa, Rusia y partes de África. Las guerras de expansión han seguido marcando toda la historia del mundo hasta la segunda mitad del siglo XX.

Desde la segunda mitad del siglo XX, la depredación entre los países se ha ido eliminándose en Europa. Sin embargo, los conflictos han venido manifestándose de manera sangrienta en África y otros lugares como insurrecciones militares internas y de ataques realizados por grupos terroristas que tienen motivos religiosos, nacionalistas, racistas o étnicos. Por ejemplo, el Segunda Guerra del Congo (1998-2003) fue un conflicto que tuvo varios orígenes: a) el genocidio de Ruanda, b) el derrocamiento y la muerte de Zairean Pres. Mobutu Sese Seko y c) las luchas étnicas entre los pueblos hutu y tutsi. Lo han llamado la Guerra Mundial de África debido a su alcance y destructividad. En mayo de 1997, el líder rebelde Laurent Kabila depuso a Mobutu, pero su supuesta victoria se convirtió en una guerra civil que diezmó el tercio oriental de la República Democrática del Congo. Además, involucró los ejércitos de nueve países y una variedad de milicias: Angola, Namibia, Chad, Sudán y Zimbabwe respaldaron a las fuerzas gubernamentales congoleñas de Kabila, mientras que las tropas de Burundi, Ruanda y Uganda apoyaron a los rebeldes anti-Kabila. Se estima que tres millones de personas, en su mayoría civiles, murieron en los enfrentamientos, o murieron de enfermedades o desnutrición como resultado del conflicto. También en África, la insurgencia terrorista de los Boko Haram de Nigeria ha sido responsable por un estimado de 11.000 muertos y secuestros. Igualmente, la limpieza étnica en Sudán bajo el mando del Presidente Omar al-Bashir fue responsable de un estimado de 300.000 muertes  (Ray, s/f).

En el Oriente Medio la guerra estadounidense en Iraq que comenzó en el 2001 y duró nueve años, fue responsable por decenas de miles de muertos. La guerra en Afganistán también ha cobrado cientos de miles de muertos, y ahora, con la retirada de las fuerzas europeas y estadounidenses, el país se ha caído definitivamente en manos de los insurgentes talibanes (Rey, s/f).

Las guerras de depredación en las cuales se construían imperios, ahora se ven marcadas por insurgencias más o menos locales, pero igualmente mortíferas. Las nuevas insurgencias no son guerras de liberación, sino conflictos de dominación religiosa, racial y étnica, como en el caso de los Boko Haran de Nigeria, los Talibán de Afganistán y el Sendero Luminoso de Perú. También ha habido guerras civiles -supuestamente liberadoras- como las de Cuba, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, que se conviertieron, luego de su éxito militar, en dictaduras opresivas.

Referencias

Aristótoles (Siglo IV a. C. /31-10-2017) Política. Disponible en: https://www.textos.info/aristoteles/politica/descargar-pdf

Cronick, Karen (s/f, manuscrito no publicado). Los antiguos griegos y nosotros. 

Heródoto (siglo II o III a.C / 1981). Heródoto. Los nueve libros de la historia. Traducción: María Rosa Lida. Barcelona; Editorial Lumen.

Pilisuk, Marc (2007). Disarmament and survival.  Handbook of Peace and Conflict Studies, Charles Weble and Johan Galtung, Eds, London: Routledge. Available at: http://www.uop.edu.pk/ocontents/handbook-of-peace-and-conflict-studies.pdf

Ray, Michael (s/f). 8 Deadlist wars of the 21st Century. Enciclopedia Británica. Disponible en: https://www.britannica.com/list/8-deadliest-wars-of-the-21st-century


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