Acabo de leer la introducción del libro “La fascinación del
populismo” de Israel Covarrubias. Describe el populismo como la “patología
política contemporánea más relevante para el estudio empírico de las dinámicas
del poder” (p. 11). De hecho, como reconoce el autor, aunque nazca
normalmente de una elección democrática, “el populismo acompañó la conclusión
de varios de los procesos de democratización que tuvieron lugar hacia finales
del siglo XX en diversas latitudes” (p. 6). Sin embargo, lo describe como “un
estado de ánimo” (p. 7), como si fuera un género de neurosis colectiva, y en
este punto no puedo estar de acuerdo con él.
Ha habido cambios radicales en la distribución de la riqueza
en los últimos años. Por un lado, en el 2020 la cantidad millonarios en el
mundo se ha aumentado a 5,2 millones de personas según Credit Suissse (BBC
Mundo, 23 de junio, 2021). Por otro lado, según datos de 2022, al nivel mundial
108,4 millones de personas han sido desplazadas
“a causa de persecuciones, conflictos, violencia, violaciones a los
derechos humanos y acontecimientos que alteraron gravemente el orden público”
(Acnur, s.f.).
No podemos decir que la coincidencia de estas dos tendencias
sea causal, pero hay una evidente interrelación entre ellas. La acumulación de fortuna
en ciertos individuos acompaña la despauperización de grandes poblaciones. Además,
la riqueza se asocia con el poder político. Los grandes mil-millonarios están
en condiciones de respaldar aquellos políticos que representarán sus intereses
en los congresos, asambleas y presidencias del mundo. Pueden pagar a los
jueces, asambleístas, funcionarios y miembros de las fuerzas de orden para
influir en las leyes y su administración.
La flagrante discrepancia en bienestar produce conflicto
social. Los que sufren malestar económico muestran su disgusto en
manifestaciones y en los comicios. Los políticos ambiciosos entienden este descontento
pobremente articulado, y crean discursos que parecieran razonables. Son
discursos llenos de xenofobia y rechazo y crean ambientes violentos. Además,
cuando algunos de los mil-millonarios sean los dueños de las compañías que
producen y venden armas letales al público, la tensión aumenta.
El populismo decrece en tiempos de prosperidad compartida.
Por esta razón también los políticos populistas proponen reducir beneficios como
el seguro social, dotaciones para la educación y la salud y el valor de los
salarios mínimos.
Para combatir al populismo, la mejor estrategia es aumentar la
igualdad socio económica.
Referencias
Acnur (s.f.). Datos Básicos. Disponible en: https://www.acnur.org/datos-basicos#:~:text=%C2%BFCu%C3%A1ntas%20personas%20refugiadas%20hay%20en,41%20%25%20menores%20de%2018%20a%C3%B1os.
BBC Mundo (23 de junio, 2021), Coronavirus: por qué creció
el número de millionarios en el mundo durante la pandemia. Disponible en:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-57576881.
Covarrubias, Israel (2023). La fascinación del populismo.
Razones y sinrazones de una forma política actual. Penguin Random House Grupo
Editorial SAU